viernes, 15 de diciembre de 2023

 EL PIE Y LA PASION DE CRISTO EN LA PINTURA

SABANA SANTA

Estudios sobre la Sábana Santa.

Estudio fotográfico

Del 25 de mayo al 2 de junio de 1898 la Síndone pertenecía a la casa de Saboya, y con motivo del matrimonio de Víctor Manuel II de Saboya, futuro rey de Italia, con Elena de Montenegro, se organizó la oportuna ostensión.

A través de las gestiones del barón Antonio Manno, Secondo Pía, un conocido abogado de Turín de 42 años y muy aficionado a la cámara, obtuvo el permiso correspondiente para tomar fotografías de la Sábana Santa.

Secondo Pía. 1898

Construyó una plataforma de metro y medio de alto por dos de ancho para colocar la cámara y situó dos pantallas de vidrio molido, como método de iluminación, a ambos lados de la reliquia.

Situó la plataforma a ocho metros y medio de distancia de la Síndone. Enfocó la lente, que poseía un diafragma de dos milímetros, encendió los focos y a las 23 horas expuso la primera placa y comenzó a cronometrar los 14 minutos que iba a durar la primera exposición, y los 20 de la segunda.

Secondo Pía con Daguerrotipo, primera máquina fotográfica inventada por Daguerre y que se empleó para hacer la primera fotografía de la Sabana Santa

Todo el experimento quedó recogido en las actas que llevó a cabo el notario Giuseppe Inclinan.

Al realizar la primera fase del revelado “le extrañó que la imagen que se reflejaba en las placas fuera diferente a la que se podía observar a simple vista en la tela. Se veía más nítida, más definida e incluso más profunda. Tras los primeros segundos de pasmo, se dio cuenta de que la imagen de la tela era un negativo fotográfico”. “Acto seguido, Pía procedió a colocar la placa en un baño fijador de hiposulfato sódico e hizo una copia en positivo. Comparó ambas y vio que, efectivamente, el Sudario era un verdadero negativo fotográfico”.

Pero la fotografía de Secondo Pia incluía el marco y la parte del altar con dos ángeles de mármol que en el primer revelado se mostraban como un positivo fotográfico. O sea, que negativo fotográfico solo era la imagen de la Síndone. 

Imagen negativa. Los ángeles y el altar salen en negro y la impronta sale en blanco

Imagen positiva. El altar y los ángeles salen en blanco mientras que la impronta lo hace en negro


El estudio fotográfico volvió a repetirse en 1931 con ocasión de una nueva ostensión por la boda de Humberto II de Saboya con la princesa belga María Jose de Brabante.

El cardenal Mauricio Fossati eligió a Guiseppe Enrie, considerado uno de los mejores fotógrafos de Italia, para concederle el permiso para realizar la fotografía.

Enrie y su equipo hicieron 12 sesiones, y se fotografió la totalidad de la Síndone y varias zonas segmentarias, como el rostro, las manos y muñecas, los hombros y la espalda.

En el revelado de las placas estuvo presente todo el equipo, con un notario, y se redactó un documento, firmado por todos, que aseguraba la veracidad de los negativos y que no se había retocado ninguno de ellos.

Se volvió a confirmar que la impronta de la Síndone es un negativo fotográfico perfecto: "La impresión del cuerpo sobre la Síndone, excluidas únicamente las huellas de sangre, es un perfecto negativo y no es obra del hombre. Las ampliaciones fotográficas confirman de manera clara que ha de excluirse como posibilidad que la Sábana Santa tenga rastros de pintura o pinceladas, como dibujos o bosquejos superpuestos”.

Se consideró que la Síndone no puede estar hecha por mano humana, otorgándole la razón a los que en Osroene y Bizancio se refería a ella llamándola Acheiropoieta, “no hecha por la mano del hombre” (ver).

Entre 1977 y 1981, un equipo de 31 físicos, químicos, anatomo-patólogos e ingenieros procedentes de importantes universidades y laboratorios de Estados Unidos pusieron en marcha el Proyecto de Investigación sobre el Lienzo de Turín denominado STURP (Shroud of Turin Research Project). 

Grupo STURP

Entre otros estudios, analizaron las fotos realizadas por José Enrie en 1931. Observaron que la imagen era más brillante en las zonas en donde el cuerpo estaba más cercano al lienzo y mucho menos cuando la piel se alejaba de la tela, de tal manera que la frente, la nariz, las cejas y las rodillas, eran zonas muy brillantes, mientras que el cuello era menos visible, existiendo una relación matemática entre la distancia del cuerpo y la luminosidad.

Relación de contacto entre la Sabana y el rostro y cuello

La imagen no podía haberse formado colocando una tela sobre el cadáver ya que zonas que no estaban en contacto con la tela aparecían visibles y en ellas se cumplía, la relación matemática distancia/luminosidad.

Además, parece indicar que, en el instante de grabarse la imagen, el cuerpo no estaba apoyado en el banco de piedra del sepulcro, sino levitando, por encima de la superficie, en una altura que podría rondar los 4 cm.

Con esta teoría, en 1976 Jahckson y Eric Jumper, de la Academia de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos, escanearon una fotografía con el analizador VP8 (analizador de imágenes digitales) que produjo una imagen tridemensional (3D) perfecta de la foto de la sabana, demostrando el carácter tridimensional de la imagen de la Síndone.

Imagen 3D producida por el Analizador Digital de Imágenes VP-8

El informe final del STURP se publicó en 1981:” Sobre las fibras no se han encontrado ni pigmentos, ni pinturas, ni tintes o manchas. La radiografía, la fluorescencia y la microquímica de las fibras confirman que no es posible que la imagen fuera realizada con pintura”.  “El reforzamiento de la imagen por ordenador y el análisis mediante un aparato conocido como Analizador de Imágenes VP-8 demuestran que la impronta contiene codificada información única y tridimensional”. “El consenso científico es que la imagen es resultado de algo que provocó la oxidación, la deshidratación y la conjugación de la estructura de los polisacáridos de las microfibras del lino.” 

Como consecuencia de esto, el problema de cómo se produjo la imagen o de lo que la produjo, sigue siendo un misterio”.

Estudio de las manchas de sangre

Las manchas de sangre están repartidas por todo el cuerpo sindónico, y no existirían si el cuerpo hubiera sido lavado cuidadosamente antes de cubrirlo con la Sabana.

John Hellen, un biofísico del Instituto de Nueva Inglaterra y profesor de la Universidad de Yale, confirmó mediante un análisis espectral los componentes de la sangre humana que permanecen en la Síndone. Comprobó entre otros la existencia de hierro hemático, porfidinas, proteínas, albúmina y cristales de hemoglobina, así como pudo identificar también hematíes, glóbulos rojos humanos.

En 1981, durante el II Congreso nacional de Sindonología, el profesor Luigi Baima Bollone expuso los resultados de un estudio en el que determinaba que las manchas son de sangre humana y del tipo AB, tipo frecuente en hebreos y libaneses (principalmente hebreos y yemeníes) y comprobó que la sangre contiene ADN humano masculino.

La elevada cantidad de bilirrubina encontrada en la sangre indica que se trataba de una persona fuertemente traumatizada antes de la muerte.

En la sangre vital, mientras se está vivo, la coagulación se produce en 5-10 minutos. Entre 20-40 minutos (según la amplitud de la mancha, la temperatura y la humedad) el coagulo se retrae y aflora el suero que va a evaporase lentamente. En esta fase las manchas dejan huella en los tejidos con los que entra en contacto.

Existe la posibilidad de que manchas de sangre vital pasen a otra tela, siempre y cuando el contacto entre la piel y la tela se mantenga unas 36-40 horas.

La sangre cadavérica, en cambio, no se coagula, sino que se seca. Así se explica la amplitud de la mancha de la Síndone en el lado derecho del tórax y la estructura del “cinturón de sangre” de la zona lumbar.

De todo ello se deduce, que el cadáver se colocó dentro de la Síndone dos horas y media después de la muerte y permaneció en ella un periodo máximo de 36-40 horas. 

Análisis con Carbono 14

Todos los seres vivos estamos formados a base de carbono. El carbono más abundante en los seres vivos es el carbono 12. Pero todos los seres vivos tienen una pequeña parte de carbono 14, que es radioactivo. Mientras está vivo, el carbono 14 permanece constante, porque lo que se pierde, se repone. Pero al morir, el carbono 14 ya no se repone, y con el paso del tiempo va disminuyendo. Así, por la cantidad de carbono 14 que queda en la muestra analizada, se puede saber cuántos años hace que murió el ser vivo cuya muestra se analiza.

En 1988, siete laboratorios solicitaron a la Santa Sede la autorización para realizar "la prueba del C-14" y se eligió a Michael Tite, del Museo Británico, como coordinador.

Cuatro de los laboratorios propusieron métodos de datación no destructivos, es decir, el trozo de tela quedaba preservado una vez realizada la prueba y la experiencia se podía repetir tantas veces como se quisiera para comprobar si ha habido error.

Las otras tres instituciones presentaron un método destructivo que no permite repetir la prueba, porque el trozo de tela en estudio queda destruido

Tite, como coordinador, eligió los laboratorios que proponían datar la Sábana con métodos destructivos, la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, la Universidad de Oxford y la Universidad de Arizona. Las pruebas se realizaron en 1988 con un pequeño fragmento y determinaron que la Sábana Santa data de la Edad Media, entre 1260 y 1390 (±10 años).

Esta datación ha sido discutida científicamente por varias razones:

Para que el análisis del carbono 14 sea fiable hace falta que la muestra analizada haya estado muy bien guardada, para que el carbono no esté alterado. Por eso el análisis del carbono 14 ha sido válido en los restos de San Pedro que han estado dos mil años encerrados en un nicho; o en los papiros del Qumrán que han estado dos mil años escondidos en unas cuevas del Mar Muerto. Pero la Sábana Santa a lo largo de la Historia ha sufrido una serie de avatares que han alterado el carbono 14, pues ha estado expuesto a múltiples contaminaciones, como humos, cera de velas, inciensos, respiración y sudor de las manos, sin olvidar las copiosas aspersiones durante los inciensos, los efectos desconocidos de las múltiples fotografías, radiografías, exámenes con rayos ultravioletas o fluorescentes efectuados en 1978 y, quizá, secuelas por la radioactividad resultante de las explosiones atómicas de las últimas décadas. Ningún resto arqueológico se ha enfrentado a un riesgo tan alto de contaminación, de ahí el riesgo de error de datación.

Los tres laboratorios emplearon la misma técnica, lo que significa que si el método tiene algún tipo de error, éste se reproducirá en las tres muestras analizadas. Los tres utilizaron un corte de tejido del mismo lugar de la Sábana, cuando hubiera sido más lógico haber obtenido muestras de distintas zonas de la misma.

Leoncio Garza Valdés, microbiólogo de la Universidad de Texas, demostró que las fibras de lino de la Síndone, con el tiempo y las exposiciones a la Atmósfera, se cubren de una pátina orgánica producida por el microorganismo Lichnothelia rhodococcus, que como todo lo que es orgánico, contiene carbono, por lo que hubiera sido absolutamente necesario retirar esta pátina para realizar la datación.

Dimitri Kouznetzov, premio Lenin de Ciencias y director del Laboratorio Sedov de Moscú, sometió tejidos de lino del siglo I a una simulación experimental del incendio de Chambery y pocos días después, los análisis con C-14 rebajaban la edad en 13 siglos.

Estudio Botánico

En 1985, AD. Whanger y su esposa Mary percibieron la imagen de una flor cerca de la cabeza del hombre de la Síndone, que identificaron como una “Chrysanthemum Coronarium”, y en 1989 había acreditado 28 especies diferentes de plantas, de las cuales veinticinco son propias del área de Jerusalén y alrededores. 


En 1995 contactaron con el Prof. Avinoam Danin, profesor de Botánica y Palinología del Departamento de Evolución, Sistemática y Ecología de la Universidad Hebrea de Jerusalén, que consideró que la presencia de flores podría ser un marcador importante de la zona geográfica de la que provenía la Sábana:

Avinoam Danin

“Zygophyllum dumosum”, es un indicador geográfico muy importante, porque su área de distribución es pequeña, confinada a las zonas desérticas de Israel, Jordania y el Sinaí.

“Goundelia tournefortii”, es la imagen de una inflorescencia cercana al hombro derecho del hombre en la Sábana y su área de distribución es todo el Oriente próximo, pero en Israel está presente entre las poblaciones de Jerusalén y Jericó

“Cistus creticus”, cuya imagen también estaría en la Síndone, crece en el Mediterráneo en el oeste de Israel con un límite del desierto al este de Jerusalén.

Además, se identificaron otras especies vegetales concurrentes geográficamente. “Capparis aegyptia”, crece en Egipto, el Sinaí y zonas desérticas de Israel. “ Rhamnus lycioides”, un arbusto que crece en zonas secas de Israel.

Por último, “Arundo donax” es un tallo de junco que aparece en la imagen dorsal, en el margen de la Sábana, y  puede ser el tipo de caña que le dieron a Jesús como "cetro real" y con el que le golpearon cabeza y rostro (Mc 15: 19).

La presencia conjunta de estas tres flores en la Síndone, permite a un botánico aseverar que el único lugar del mundo en el que un cortejo fúnebre podría llevar flores frescas de estas especies y depositarlas sobre el cuerpo de un hombre recién amortajado es el área comprendida entre las ciudades de Jerusalén y Hebrón.

Además de indicadores geográficos, algunas de las flores identificadas por Danin serían también indicadores temporales, pues según el calendario botánico, marzo y abril son los meses en que florecen las ocho especies vegetales identificadas en la Sábana, lo que aumenta bastante la probabilidad de que el amortajamiento, al igual que explican los Evangelios, tuviera lugar precisamente en torno a ese momento del año.

La “Zygophyllum dumosum”, según la etapa de floración en que se observa, fue cortada entre los meses de diciembre y abril, cuando ambos tipos de hojas y flores se encuentran juntas en la planta. “Gundelia tournefortii”, florece de marzo a mayo. “Chistus creticus”, de marzo a junio. El estado de floración del “Chrysanthemum coronarium” es de marzo a mayo y el de “Capparis aegyptia”, de diciembre a abril.

En 1998, se descubrió, además, la presencia en el lienzo de restos de un tipo particular de alcaparra. el “Zygophyllum dumosum boiss”, que los científicos consideran que sería un “indicador absoluto” porque es propio de Israel, concretamente del Sinaí y también está presente en una pequeña parte de Jordania.

Estos hallazgos descartan que la Síndone sea obra de un falsificador medieval, pues necesitaría ser un experto en flores y plantas de Oriente Medio en cuanto a su distribución geográfica y sus tiempos de floración. 

Finalmente, en 1973 se descubrieron algunas fibras de algodón mezcladas con los hilos de lino. El algodón pertenecía a la especie “Gossupium Herbaceum”, cultivada en Oriente Medio. Pero, en la sábana no hay lana y en aquella época los telares utilizados para el lino y el algodón, también servían para la lana, excepto en Judea, por la ley mosaica.

Pólenes

Los granos de polen tienen entre 10 y 200 micras de diámetro y son transportadas por el aire (anemófilo) y por los insectos (entomófilo) para depositarse en cualquier superficie. Cada grano está envuelto en una capa de esporopolenina, un poliéster natural extraordinariamente aislante y adherente, por lo que permanecen intactos manteniendo su morfología y su potencial biológico. Cada pequeña espora o grano de polen tiene una forma propia y diferente, característica de la especie vegetal de que se trate, por lo que el polen se puede identificar y clasificar con facilidad.

El estudio de pólenes fue encargado en 1978 a Max Frei, palinólogo y jefe del Laboratorio de la Policía Científica de Zúrich (Suiza), puesto que la prueba palinológica se usa comúnmente en investigación criminal.

En el estudio, encontró en la superficie del lienzo pólenes de plantas europeas, como mirto, acacia, haya o laurel; pólenes de la flora que crece en Turquía en zonas del antiguo reino de Osroene; pólenes de plantas específicas de Palestina incluso de especies extinguidas encontradas en los estratos sedimentarios del lago de Tiberíades y del Mar Muerto.  

  

Algunos de los pólenes encontrados por Max Frei en la Síndone: 1. Anabasis Aphylla I. Planta desértica, salina (halofita). Jerusalén. 2. Acacia Albida Del. Planta desértica. Muy frecuente en el Valle del Jordán y cercanías del Mar Muerto. Jerusalén. 3. Atraphaxis spinosa L. Planta de parajes pedregosos. Recogida en Urfa (antigua Edessa de Siria). 4. Linum micronatum. Planta de las estepas calcáreas. No existe en Europa. Urfa y Jerusalén.

Max Frei concluyó que el estudio ratifica la ruta histórica seguida por la Síndone y su estancia en Oriente Medio y concluyó: “Es absolutamente cierto que esta Sábana estuvo en Palestina en el siglo I”.

La Prof. Marzia Boi (2017) considera que el estudio palinológico es coherente con testimonios históricos del siglo I, como los de Plinio el Viejo y Dioscórides, de tal modo que los pólenes más abundantes de la Síndone indican un ritual funerario según los usos de hace 2000 años en Asia Menor.

Tanto la Síndone como el cuerpo se habría untado con aceite de Helichrysum y con bálsamos y ungüentos de Láudano, Cistus, Lentisco, Terebinto y posiblemente Gálbano aromático.

Estos aceites y ungüentos han hecho que la tela amarillee, porque son sustancias que se oxidan al entrar en contacto con el aire, pero han contribuido a la preservación de la tela al proteger el lino como repelente de insectos y hongos.  

También se han depositado en la tela partículas de material terroso, en correspondencia con las huellas de los pies, que contienen aragonito con impurezas de estroncio y hierro, como las muestras tomadas en las cuevas de Jerusalén.

Otro elemento encontrado en la tela es el natrón (carbonato básico hidrato de sodio), utilizado en Egipto en el embalsamamiento por su propiedad de absorber el agua, y utilizado también en Palestina para la deshidratación de los cadáveres.

Objetos

Aparte de las imágenes de flores y plantas, los Whanger descubrieron en la Síndone imágenes de algunos de los instrumentos que estarían vinculados con una crucifixión, como un amuleto de Tiberio César, un calvo de la crucifixión y otros dos clavos pequeños, una lanza romana, una corona de espinas, una esponja atada a una caña, un martillo grande, un par de alicates, dos flagelos romanos, dos sandalias, dos escobas, un par de dados, un rollo de cuerda. Todos estos objetos, según Whanger, habrían sido colocados dentro de la Síndone en el momento del entierro, quedando impresos en la tela de la misma manera que el cuerpo.

Esquemas de A.D. Whanger sobre las supuestas imágenes, halladas por él en la Síndone, de una lanza, calvos y una esponja 


Según Whanger, el hombre de la Síndone llevaría sobre su frente un “cajetín” con filatelias y habría sido sepultado rodeado de objetos y de flores


Inscripciones periféricas

El italiano Piero Ugolotti en 1979 afirmó encontrar imágenes de cajas con filacterias en los laterales de la sábana. En 1982 un sacerdote francés P. Dubois se unió a los descubrimientos.

En 1997, André Marion y su alumna Anne Laure Courage presentaron un artículo sobre las supuestas inscripciones periféricas de la Síndone. 

Se trata de letras escritas en una curiosa mezcla de latín, griego y arameo, dentro de dos cajas en forma de “U” abiertas por arriba, rodeando el rostro del hombre de la Síndone. 

Estudios paleográficos posteriores examinaron los caracteres e informaron que se trata de textos anteriores al siglo V.

Disposición de las supuestas inscripciones según el estudio de Marion y Courage

Son nueve palabras o frases legibles. La mayor se ve en el borde derecho del rostro, junto a la melena, y reza: "Nazarenvs". En el resto, cuando pueden ser observadas con claridad, se lee: "Estás condenado a muerte"; "Realiza un sacrificio", "Jesús", "Adán", "Sombra de Rostro" y "SB".

Estas inscripciones no son visibles a simple vista, sino que es necesario procesar digitalmente las fotografías para visualizarlas.

Según Marion y Courage estas cajas podrían ser soportes de madera para mantener la cabeza en posición, pero no hay noticias arqueológicas de que se usasen tales objetos en la sepultura judía. 

Nadie sabe a ciencia cierta cuándo ni por qué fueron escritas. Aparentemente, son definitorias y respetuosas, aunque no cabe duda que pudieron haber estropeado gravemente la imagen. En la actualidad no existe unanimidad en la significación de las mismas.