sábado, 21 de septiembre de 2024

 EL PIE Y LA PIEDAD EN SEVILLA

Santísimo Cristo de la Caridad. Hermandad de Santa Marta. Iglesia de San Andrés. Luis Ortega Bru.

El Santísimo Cristo de la Caridad, forma parte del magnífico misterio del Traslado del Señor al Sepulcro, obra del imaginero del siglo XX, Ortega Bru (ver), en 1953.

Grupo escultórico del Traslado del Señor al Sepulcro, con José de Arimatea, Nicodemo y María Magdalena 

El santísimo Cristo de la Caridad es una efigie yacente, realizada en madera de ciprés policromada, a partir de un modelo de barro en tamaño natural, que se conserva en las dependencias de la hermandad. 

Captura un momento de profundo dolor y compasión, representando a Cristo siendo llevado al sepulcro por los santos varones.

La imagen destaca por su expresividad y realismo, especialmente en el rostro y cabeza de Cristo, libre de la corona de espinas, con una amplia cabellera de raíz clásica que enmarca al sobrecogedor rostro, en el que se destacan los rasgos de la muerte trágica y cercana, que resaltan el dramatismo del momento.

Detalle de la cabeza y rostro en visión lateral

Detalle de la cabeza y rostro en visión frontal

El cuerpo presenta un notable movimiento, flexionándose en ángulo tanto por la cintura como por las rodillas, para ser llevado sobre una sábana por los Santos Varones hacia el Sepulcro, formando un dinámico grupo diagonal de izquierda a derecha.

Visión lateral izquierda

Es de destacar, junto a la admirable anatomía, el magistral brazo derecho desprendido y un breve perizoma que deja al descubierto toda la cadera derecha.

Visión lateral derecha

Visión frontal

Destaca, igualmente la posición de los pies con la ulcera correspondiente a los clavos extraídos, pero manteniendo el pie derecho sobre el izquierdo.

Visión frontal de los pies

Visión lateral de los pies


En el año 1977, el propio Ortega Bru llevó a cabo una restauración intensa de la imagen, mejorando la policromía y añadiendo detalles como tallar las llagas, que anteriormente solo estaban pintadas.

Esta intervención dotó al Santísimo Cristo de la Caridad de una mayor riqueza en detalles, como la sangre que brota de sus heridas, logrando un realismo aún más impactante.

En este sentido, se dice que la talla del Cristo de la Caridad, fue enriquecida en su policromía por la propia sangre de su escultor.

La imagen ha sido objeto de otras restauraciones, como la realizada en el año 2000 por el taller Serbal y en 2006, por Pedro Manzano Beltrán que llevó a cabo una restauración integral.

Dentro de las curiosidades de este paso de misterio, destaca la rosa que hay bajo la mano derecha del Cristo de la Caridad, que resalta entre los lirios morados.

La historia de esta rosa se remonta a la segunda mitad del siglo XX y podría relacionarse simbólicamente con “la última gota de sangre del Señor que hizo que brotase la rosa”.

Pero, la realidad es que, a principios de los años 70, coincidiendo con la etapa de Gabilondo como director de Radio Sevilla, la cadena, para la que trabajaba el periodista, envió un Lunes Santo una rosa a cada una de las hermandades de la Semana Santa.

Manuel Otero Luna, hermano mayor, se acordó de que la esposa de Gabilondo estaba muy enferma, y pensó agradecer el detalle colocando la flor lo más cerca posible del Señor. Paco Cabello, prioste segundo, decidió colocar esa rosa roja debajo de la mano derecha del Cristo de la Caridad y, desde entonces, cada Lunes Santo, la hermandad procesiona con ella en su misterio.