jueves, 20 de abril de 2023

  EL PIE Y LOS CRUCIFICADOS DE SEVILLA

El Santísimo Cristo del Amparo. Iglesia de san Lorenzo. 

Retablo del Cristo del Amparo

El crucificado se encuentra en la parroquia de san Lorenzo (ver), y se sitúa en la zona hastial de la nave izquierda (del Evangelio), sobre un retablo de estilo barroco, obra de Fernando Barahona (1682), muy oscurecido y con muy mala iluminación, por lo que es muy fácil que pase desapercibido al visitar el templo, sobre todo teniendo en cuenta, además, que no procesiona y que no es titular de ninguna cofradía de penitencia ni de gloria.

Detalle del retablo del Cristo del Amparo

Es una talla de madera policromada atribuida primitivamente a Francisco Dionisio de Ribas (aunque no de forma unánime) y de la misma época que el Retablo Mayor de la Iglesia. 

Santísimo Cristo del Amparo

Según María Teresa Dabrio González, historiadora de arte y estudiosa del taller escultórico de los Ribas “la atribución no puede mantenerse, ya que los pocos crucificados conocidos de Francisco Dionisio de Ribas no guardan relación con la imagen en cuestión. El maestro cordobés concibe de modo diferente la caída del sudario, el tratamiento del torso y la colocación de los pies, que Francisco nunca cruza”.

Adicionalmente, se viene afirmando que la imagen fue concebida para residir en el Altar Mayor, pero no tenía las dimensiones adecuadas para desempeñar tal función, al ser de un tamaño demasiado pequeño, por lo que se mandó hacer una nueva de mayor tamaño.

Este nuevo crucificado sería el que actualmente remata el ático del Retablo Mayor de san Lorenzo, obra documentada de Felipe de Ribas. 

Crucificado del ático del Altar Mayor de la Iglesia de san Lorenzo, de Felipe de Ribas de 1645

De todas maneras, es difícil pensar que un maestro escultor calculase erróneamente las dimensiones adecuadas para un crucificado de retablo, por lo que esta afirmación carece de sentido y es más una leyenda popular. 

Se trata de un Cristo muerto de un canon esbelto, sin estridencias anatómicas en general, que se fija con tres clavos a una cruz arbórea.

Su leve inclinación de la cabeza refleja la muerte con menor realismo que en otros crucificados de la misma época. 

De la cabeza, destaca el trabajo cuidadoso tanto de la barba como del pelo. El pelo se divide en dos mitades por encima de la cabeza, con la raya en el centro y caído fundamentalmente hacia el lado derecho, dejando al descubierto la oreja izquierda. Está formado por mechones largos y ondulados, de color castaño oscuro, lo que contribuye a estilizar el rostro de la escultura. La barba es discretamente bífida.

No presenta corona de espinas, aunque si tiene heridas en la frente. 

El rostro destaca por la suavidad de las facciones, nariz recta, pómulos sobresalientes, labios bien formados, siendo el inferior algo más grueso que el superior, ojos cerrados y bien delimitados, así como entrecejo en forma de “V”, probablemente tomado de Juan de Mesa.


Rostro del Santísimo Cristo del Amparo

Presenta discreta flexión de las piernas y el torso en un plano absolutamente frontal, sin contrabalanceo, lo que resta realismo a la imagen.

Visión lateral de las piernas con escasa flexión de rodillas

De la herida del costado emana abundante sangre que se desplaza ligeramente hacia la izquierda para terminar en la intersección con el paño de pureza, lo que destaca con la escasa manifestación sanguínea del resto del cuerpo, que se limita a rodillas, pies y manos y siempre de manera contenida. Esto constituye uno de los detalles más curioso de esta imagen. 

Cuerpo recto y sangre de la herida del costado hasta el paño de pureza

También, resulta muy interesante como queda resuelto el paño de pureza. Lejos de copiar modelos montañesinos caracterizados por el cordel que sujeta el paño, este se inspira en modelos anteriores a esos. 

En este caso un escueto paño de pureza envuelve las caderas de Cristo, cubriendo mínimamente la desnudez del crucificado, se ciñe con una o dos vueltas a la cintura, se sujeta con un lazo a la cadera derecha y cae oblicuamente, lo que recuerda más a modelos manieristas que a los típicamente barrocos de su época. 

Detalle del paño de pureza

La parte inferior de las piernas aparecen ostensiblemente marcadas y curvadas a modo de doble paréntesis. 

Detalle de la curvatura de las piernas

Los pies se cruzan al fijarse con un solo clavo, el derecho por delante del izquierdo, y adoptan una postura algo antinatural.

Los dedos del pie derecho se representan frontalmente mientras que el tobillo y talón se resuelven lateralmente, adoptando una postura forzada. 


Autor: Andrés Carranza Bencano