domingo, 12 de noviembre de 2023

 PATOLOGIA DEL PIE EN LA PINTURA

Pie griego

El Prendimiento de Cristo. Luis de Vargas.


El prendimiento de Cristo. Vargas, Luis de. Hacia 1562. Óleo sobre tabla traspasado a lienzo. 67 x 109 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla


Esta obra representa el momento del prendimiento de Cristo, según el Evangelio de San Juan, cuando describe el inicio de la Pasión de Cristo en el episodio acontecido en el huerto de Getsemaní de Jerusalén.

Estando allí Cristo orando en compañía de sus discípulos, apareció un tropel de soldados y sayones conducidos por Judas, el apóstol traidor.

Según el Evangelio de Juan, después que Jesús dijera a los soldados que llegaban para prenderlo: “¿A quién buscáis? Respondieronle: “A Jesus Nazareno”. “Yo soy”. “retrocedieron y cayeron en tierra”. Aunque, como lo escribiera el P. Lagrange, es difícil pensar que toda la tropa fuera derribada ante la vista de Jesús, debe entenderse que aquellos que iban en cabeza, intimidados por la majestad de Jesús, retrocedieron momentáneamente.

Judas besa a Cristo en la mejilla para identificarle, pues según fuentes apócrifas, Jesús tenia gran parecido con Santiago y, las autoridades no lo conocían y los soldados sabían que tenían que capturar a un hombre, por encargo de los empleados del servicio de orden del Templo (Mt 26:48).

Detalle del beso de Judas

Luego se dejó atar las manos sin oponer la menor resistencia. Destaca la violencia del sayón semidesnudo que le sujeta el brazo derecho, así como la descripción de la indumentaria de los soldados romanos que participan en la escena, que poseen un adecuado rigor científico.


Detalle del prendimiento

Al requerir una iluminación nocturna, Vargas ha colocado a un soldado, difuminado en el fondo de la composición, que lleva una antorcha con la que alumbra el oscuro ámbito del huerto.

Detalle del soldado con la antorcha

En el Angulo inferior derecho, Pedro, presa de la cólera, para defender a su maestro, se precipita sobre Malco, criado del sumo sacerdote, que llevaba una linterna en la mano derecha para alumbrar el camino a los soldados. El apóstol lo derriba y le corta una oreja con una enorme espada o sable corvo con forma de cimitarra.

Jesús le ordenó con calma que envainara la espada (Mitte gladium tuum in vaginam) y volvió a pegar la oreja de la víctima.

Es uno de los episodios más populares del Prendimiento, imaginado para destacar la divina mansedumbre de Cristo mediante la oposición de éste a la reacción instintiva de uno de sus discípulos.

La historicidad de este episodio es tanto más sospechosa por cuanto Lucas es el único evangelista que lo menciona.

Detalle de Pedro cortándole la oreja a Malco

En los Evangelios no se refiere si Jesús caminó hasta el calvario con o sin calzado, como muestra todas las representaciones artísticas.

En la mayoría de las religiones, la exposición de los pies es considerada como señal de humildad, pero también simbolizan el estatus divino, pues andar descalzos requiere una resistencia sobrehumana al dolor.

Finalmente destacamos la morfología de pie griego con que se representa a Jesús.  Este tipo de pie se caracteriza por tener el segundo dedo más largo que el pulgar. Se conoce como griego debido a que en la mitología griega está asociado a las diosas y sus poderes.

Detalle de los pies de Jesús

 EL PIE Y LA PASION DE CRISTO EN LA PINTURA

PRENDIMIENTO

El Prendimiento de Cristo. Luis de Vargas.

El prendimiento de Cristo. Vargas, Luis de. Hacia 1562. Óleo sobre tabla traspasado a lienzo. 67 x 109 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla


Luis de Vargas es el primer pintor del siglo XVI nacido en Sevilla que alcanzó a consagrarse como gran maestro en su propia ciudad.

Nació en torno a 1505 y se formó con su padre el también pintor Juan de Vargas, quien le inició en el oficio.

Con 21 años, viajó a Italia, residió principalmente en Roma durante unos siete años, tras los cuales regresó a Sevilla.

En 1541 retornó de nuevo a Italia por un periodo de ocho años y en 1550, después de haber acumulado una gran experiencia artística en Roma, volvió definitivamente a Sevilla, donde trabajó hasta la fecha de su muerte en 1567.

Según nos informa Pacheco, Vargas fue hombre humilde, modesto y piadoso, que se debió de mover en Roma en el círculo de los artistas que siguieron e imitaron el estilo de Rafael.

Esta obra representa el momento del prendimiento de Cristo, según el Evangelio de San Juan, cuando describe el inicio de la Pasión de Cristo en el episodio acontecido en el huerto de Getsemaní de Jerusalén.

Estando allí Cristo orando en compañía de sus discípulos, apareció un tropel de soldados y sayones conducidos por Judas, el apóstol traidor.

Según el Evangelio de Juan, después que Jesús dijera a los soldados que llegaban para prenderlo: “¿A quién buscáis? Respondieron le: “A Jesús Nazareno”. “Yo soy”. “retrocedieron y cayeron en tierra”. Aunque, como lo escribiera el P. Lagrange, es difícil pensar que toda la tropa fuera derribada ante la vista de Jesús, debe entenderse que aquellos que iban en cabeza, intimidados por la majestad de Jesús, retrocedieron momentáneamente.

Judas besa a Cristo en la mejilla para identificarle, pues según fuentes apócrifas, Jesús tenia gran parecido con Santiago y, las autoridades no lo conocían y los soldados sabían que tenían que capturar a un hombre, por encargo de los empleados del servicio de orden del Templo (Mt 26:48).

Detalle del beso de Judas

Luego se dejó atar las manos sin oponer la menor resistencia. Destaca la violencia del sayón semidesnudo que le sujeta el brazo derecho, así como la descripción de la indumentaria de los soldados romanos que participan en la escena, que poseen un adecuado rigor científico.


Detalle del sayón y los soldados romanos

Al requerir una iluminación nocturna, Vargas ha colocado a un soldado, difuminado en el fondo de la composición, que lleva una antorcha con la cual alumbra el oscuro ámbito del huerto.


Detalle del soldado con la antorcha

En el Angulo inferior derecho del cuadro, Pedro, presa de la cólera, para defender a su maestro, se precipita sobre Malco, criado del sumo sacerdote, que llevaba una linterna en la mano derecha para alumbrar el camino a los soldados.

El apóstol lo derriba y le corta una oreja con una enorme espada o sable corvo con forma de cimitarra.

Jesús le ordenó con calma que envainara la espada (Mitte gladium tuum in vaginam) y volvió a pegar la oreja de la víctima.

Es uno de los episodios más populares del Prendimiento, imaginado para destacar la divina mansedumbre de Cristo mediante la oposición de éste a la reacción instintiva de uno de sus discípulos.

La historicidad de este episodio es tanto más sospechosa por cuanto Lucas es el único evangelista que lo menciona.

Detalle de Pedro cortándole la oreja a Malco

En los Evangelios no se refiere si Jesús caminó hasta el calvario con o sin calzado, como muestra todas las representaciones artísticas.

En la mayoría de las religiones, la exposición de los pies es considerada como señal de humildad, pero también simbolizan el estatus divino, pues andar descalzos requiere una resistencia sobrehumana al dolor.

Finalmente destacamos la morfología de pie griego con que se representa a Jesús.  Este tipo de pie se caracteriza por tener el segundo dedo más largo que el pulgar. Se conoce como griego debido a que en la mitología griega está asociado a las diosas y sus poderes.

Detalle de los pies de Jesús