lunes, 13 de noviembre de 2023

 EL PIE Y LA PASION DE CRISTO EN LA PINTURA

JUICIO

Cristo ante Caifás. Juan van Noort.

Cristo ante Caifás. Noort, Juan van. Antes de 1624. Aguafuerte, Buril sobre papel. 206 x 139 cm. Museo del Prado. No expuesto

Juan de Noort (1587-1652) fue un grabador calcográfico de origen flamenco, natural de Amberes, pero establecido en Madrid donde falleció el 13 de junio de 1652.

La estampa representa a “Jesús de Nazaret “cuando es llevado ante el sumo sacerdote judío Caifás, quien instigaría a Poncio Pilatos, gobernador romano de Judea, para que fuera condenado a muerte (Mateo 26:57-68; Marcos 14:53-65; Lucas 22:54, 63-65; Juan 18:13, 14, 19-24)

Los que prendieron a Jesús lo llevaron ante Anás que tras interrogarlo lo envió atado a Caifás, que era el sumo sacerdote, de la secta de los saduceos, casado con una hija de Anás, su antecesor en el cargo.

En la casa de Caifás ya están reunidos todos los miembros del Sanedrín (se citaban 71 personas): el sumo sacerdote actual, los ancianos del pueblo y los escribas.

En la Judea romana, la ley judía seguía vigente gracias a la existencia del Sanedrín, el alto tribunal que se encargaba de mantener vivas las esencias judías, que ni los invasores romanos fueron capaces de hacer desaparecer.

Los miembros del Sanedrín estaban buscando testigos que aportaran pruebas falsas para montar una acusación contra Jesús. Pero los testimonios de estos testigos no coinciden, hasta que dos de ellos afirman: “Nosotros le oímos decir: Yo derribaré este templo que fue hecho por la mano del hombre y en tres días levantaré otro que no estará hecho por la mano del hombre”. (Marcos 14:58).  

Caifás le pregunta a Jesús: “¿No respondes nada? ¿Qué hay de lo que estos hombres testifican contra ti?” (Marcos 14:60), pero Jesús se queda callado.

Y el sumo sacerdote le dijo: “Te ordeno que nos digas bajo juramento delante del Dios vivo si tú eres el Cristo, el Hijo de Dios” (Mateo 26:63).  Y Jesús le contestó: “Lo soy. Y ustedes verán al Hijo del Hombre sentado a la derecha del poder y viniendo con las nubes del cielo” (Marcos 14:62). 

Al oír eso, Caifás se rasga la ropa con un gesto dramático y exclama: “Ha blasfemado. ¿Para qué necesitamos más testigos? Miren ustedes acaban de oír la blasfemia. ¿Cuál es su opinión?”. Entonces el Sanedrín dicta la injusta sentencia: “¡Merece morir!” (Mateo 26:65-66).

No obstante, este tribunal no tenía autoridad, durante la ocupación romana, para dictar sentencias de muerte, de ahí que la participación de Pilatos en el proceso, que acabó en la condena de Jesús, fuera necesaria.

Entonces, cuenta Mateo (Mt 26:57-75), le escupieron a la cara y empezaron a darle puñetazos y bofetadas, por turnos. Como le habían vendado los ojos, podrían reírse de él: “Ahora haz de profeta, Cristo, adivina quién de nosotros te acaba de golpear” (Lucas 22:64). Incluso a través de la venda más espesa, hasta con los ojos bajos y llenos de lágrimas Jesús sería capaz de responder a sus preguntas, pero ha decidido no responder, dejar que el juego continúe. Y precisamente porque Él se comporta serenamente, sin reaccionar, los golpes le llueven encima, cada vez más duros y violentos.

En la estampa de Noor, Caifás aparece levantado de su silla, entre jóvenes portadores de antorchas y rodeado de curiosos, en el momento en que se rasga las vestiduras.

Detalle de Caifás con los jóvenes portadores de antorchas

Detalle de Caifás rasgándose las vestiduras

Caifás se dirige a Jesús, maniatado por tres sicarios.

Detalle de Jesús

 EL PIE Y LA PASION DE CRISTO EN LA PINTURA

JUICIO

Jesús en casa de Anás. José de Madrazo y Agudo.



Es una obra significativa en la carrera juvenil de José Madrazo, al ser el primer cuadro de composición importante realizado por el artista durante su estancia en París, como discípulo de David. 

Se trata, indiscutiblemente, de uno de los testimonios fundamentales y más tempranos de la pintura religiosa española del siglo XIX, además de uno de los lienzos de composición más interesantes del neoclasicismo español.

Utiliza un canon de figuras de tamaño natural, que corta los personajes por las rodillas, algo extraordinariamente inusual en la pintura neoclásica de composición que, por la propia formulación teórica de esta escuela, muy rara vez renuncia a las figuras de cuerpo entero en la representación de escenas argumentales.

Esta obra representa, según el evangelio de San Juan (Sj 18:19-23), el momento durante el cual el Sumo Sacerdote interrogó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina. 

Jesús le contestó: “Yo he hablado abiertamente al mundo, yo he enseñado continuamente en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y no he dicho nada a escondidas”. “¿Por qué me preguntas a mí?. Pregunta a los que me han oído de qué les he hablado. Ellos saben lo que yo he dicho”. 

Apenas dijo esto, uno de los guardias que estaba allí le dio una bofetada a Jesús, diciendo: “¿Así contestas al sumo sacerdote?”. 

Jesús respondió: “Si he faltado al hablar, muestra en qué he faltado, pero si he hablado como se debe, ¿por qué me pegas?”.

A la izquierda de la composición, se muestra al sacerdote, que le interroga levantando el dedo índice de su mano derecha.


Detalle de Anás

El sayón se dispone a abofetear al Nazareno tras su desafiante respuesta, con una gran expresividad de agresividad y dureza. 

Esta concebido fundamentalmente como un alarde de estudio de anatomía, evocador de la estatuaria clásica.


Detalle del guardia

Detalle de la cara del guardia

En el centro de la composición se muestra la figura de Cristo maniatado, en la que destaca el blanco inmaculado de la túnica y su serena belleza, de delicados cabellos rubios y rostro serio pero tranquilo, contrastando con la rudeza fiera y la mirada amenazadora del sayón que se dispone a abofetearle. 

Estos dos personajes descargan toda la tensión dramática de la escena.


Detalle de Jesús


Detalle de la cara de Jesús


Cierra la composición, por la derecha, la figura de un soldado que se sorprende ante la violenta reacción del guardián. 


Detalle del soldado