domingo, 7 de enero de 2024

 EL PIE Y LA PASION DE CRISTO EN LA PINTURA

CRUCIFIXIÓN 

Hortus Deliciarum.

La crucifixión de Jesucristo. ilustración del Hortus Deliciarum de Herrad von Landsberg

Es una enciclopedia escrita por Herrad von Landsberg, Abadesa de la Abadía de Hohenbourg, en Alsacia, en el Sacro Imperio Romano Germánico, alrededor de 1175, ilustrada con 344 miniaturas, y escrita en latín, resumiendo los conocimientos teológicos y profanos de aquellos tiempos, con el fin de educar a las monjas de la Abadía.

El monasterio de Hohenbourg sobre la montaña. Grabado. 1800. Bibliothéque nationale et universitaire de Strasbourg


El manuscrito fue conservado en la Abadía de Hohenbourg, pero después del gran Incendio de 1546, que destruyó casi por completo la abadía, la última abadesa, Inés de Oberkirch, dejó la propiedad de la misma al obispo de Estrasburgo, y así el "Hortus Deliciarum" se convirtió en parte de los archivos diocesanos Saverne.

Más tarde el manuscrito fue encontrado en la Cartuja de Molsheim, donde en el siglo XVII se hizo una copia del texto. 

Durante la Revolución francesa, el manuscrito pasó a la Biblioteca del Distrito de Estrasburgo. 

Biblioteca nacional y universitaria de Estrasburgo

El original se quemó en la noche del 24 al 25 de agosto de 1870, durante la Guerra franco-prusiana, en un incendio que estalló durante el sitio de Estrasburgo, en la Biblioteca Nacional y universitaria de Estrasburgo, donde estaba almacenado en ese momento. 

Guerra franco-prusiana. Raoul Arus. Finales del siglo XIX. Óleo sobre lienzo. 77 x 113 cm.

Gracias a la disponibilidad de copias y reproducciones de la mayoría de las miniaturas, y los textos en latín que las acompañaban, se ha logrado reconstruir este testimonio único de la historia cultural y religiosa medieval de Alsacia.

Ha sido posible reconstruir 254 de las 344 Miniaturas del "Hortus Deliciarum", al menos en las líneas generales. En 1879 la sociedad encargó al canónigo y arqueólogo de Estrasburgo Alexandre Joseph Straub preservar el documento histórico alsaciano, con la tarea, que fue completada en 1899 por G. Keller, de empaquetarlo en 113 placas de gran formato.

Representa la crucifixión con todos los detalles simbólicos, correspondientes al siglo XI, y hasta finales de la Edad Media, en que la representación fue ganando en crudeza, pues Jesús comenzó a representarse como un ser humano, capaz de experimentar los dolores físicos y morales.

La miniatura nos muestra todos los elementos agrupados que de ordinario se encuentran aislados.

Jesús aparece muerto, su cuerpo se desploma y flexiona, con los ojos cerrados, y la cabeza caída hacia la derecha. Según los teólogos su muerte no se debió a un proceso orgánico sino a un acto de voluntad divina y la escena de la muerte de Cristo culmina el ciclo de la Pasión, por lo que se coloca en la parte más alta de los Retablos. 

Detalle de Jesús

Jesucristo es el nuevo Adán y con su pasión da lugar al nacimiento de la Iglesia eliminando los poderes de la antigua sinagoga.

Se cree que Jesús muere donde se había enterrado Adán de modo que su sangre habría caído sobre los huesos de nuestro primer padre. 

Detalle de los pies de Jesús con su sangre vertiéndose hacia abajo


Porque, el lugar en que se asienta la Cruz, según las Escrituras, es el monte Gólgota (que en arameo significa calavera), el mismo dónde fue sepultado Adán, por ello, a los pies de la Cruz se represente una calavera, el cráneo de Adán, o incluso al primer hombre saliendo de la tumba.

A los pies de la Cruz. El primer hombre saliendo de la tumba

Según los Evangelios Apócrifos, la sangre de Jesús al derramarse, corrió a través de una grieta hasta los huesos de Adán, mojándolos, quedado perdonado así de su pecado y bautizado como cristiano.

Para ello, los teólogos se basaron en el pasaje de la muerte de Cristo narrada en el Evangelio de Mateo, en el que narra que “la tierra tembló y se hendieron las rocas; se abrieron los monumentos, y muchos cuerpos de santos que dormían, resucitaron" (Mt 27:52). De este modo, aunque en ningún momento se menciona el nombre de Adán, se estableció la relación entre el Pecado Original y la Muerte Redentora de Cristo. 

Detalle de los pies de la Cruz

La leyenda cuenta que cuando murió Adán, le pusieron en su boca una semilla del Árbol de la Ciencia, el árbol del bien y del mal, y esta germinó al enterrarlo. Con la madera de dicho árbol construyeron la Cruz dónde moriría Cristo, que se plantó en el mismo lugar dónde descansaban los restos del primer hombre.

No existe ninguna evidencia histórica de la existencia de Adán y menos aún de que fuera enterrado en la capilla del Santo Sepulcro, a pesar de ello, se sigue exhibiendo la oquedad en la roca y la grieta que la conecta con el agujero donde se supone que se colocó la cruz. 

La “Cueva de los Tesoros” (narración anónima apócrifa basada en los textos de la Biblia y escrita en siriaco a finales del siglo VI o principios del VII) establece otro paralelismo entre Andan y Cristo. Jesús murió un viernes, el mismo día que Adán, a la hora de tercia en que Adán cometió   la falta del Pecado Original, por la que perdió al género humano y fue expulsado del Paraíso Terrenal. En viernes se pecó y en viernes se perdonó el pecado, dándole al sacrificio de Cristo la significación de la victoria sobre la muerte a la que Dios destinó a todos los humanos por haber comido el fruto del árbol de la sabiduría. 

Detalle del rostro de Jesús

Lo mismo que Eva había nacido de la costilla de Adán, para perder al género humano, la Iglesia (la nueva Eva) salió del costado abierto de Jesús para salvar a la humanidad, y recoge en su cáliz la sangre y el agua que salieron de la llaga de Jesús, que son el símbolo de los dos principales Sacramentos: El Bautismo y la Eucaristía.

La Iglesia recoge en su Cáliz la sangre y el agua del costado de Cristo

Jesús muriendo ha dado lugar al nacimiento de la Iglesia, y ha abolido los poderes de la Sinagoga. La Iglesia se sitúa a la derecha, coronada, nimbada, con un estandarte triunfal en la mano. La Iglesia sentada sobre un animal de cuatro patas y cuatro cabezas que representa los cuatro animales evangélicos.

La Iglesia sobre un animal de cuatro patas y cuatro cabezas
Detalle de los cuatro animales evangélicos

La Sinagoga a la izquierda con los ojos cubiertos con una banda, en una mano sujeta la asta rota de su bandera y en la otra deja escapar las tablas de la Ley, mientras la corona cae de su cabeza. La sinagoga montada sobre un asno encabritado que recula en lugar de avanzar.

La Sinagoga montada sobre un asno que recula

María reemplaza a la Iglesia, no solo es la madre de Jesús sino que también es la madre de la Iglesia, y Juan representa a la Sinagoga.

Por ello, la virgen se sitúa siempre a la derecha de la Cruz y San Juan a su izquierda. Aparecen de pie y en posturas serenas. María puede aparecer con las manos cruzadas sobre el pecho, la cabeza inclinada y el gesto compungido, y San Juan suele apoyar su rostro en una de sus manos, expresando su pena.

Detalle de la Virgen y san Juan

El simbolismo reemplaza la Iglesia por Longinos a la derecha de Jesús y la Sinagoga por Estephaton, a la izquierda. 

Longinos y Estephaton

El bueno y el mal ladrón simbolizan la nueva Iglesia y la antigua sinagoga.

Así, los dos ladrones pueden acompañar en sus cruces a Cristo, aunque aparecen atados y no clavados a ellas. El buen ladrón, Dimas, aparecerá a la derecha y Gestas, el malo, aparece a la izquierda.  

El bueno y el mal ladrón

Otros elementos muy característicos que acompaña la Crucifixión son las representaciones del Sol y la Luna. Aparecen a ambos lados de la cruz, normalmente sobre ella, respectivamente a derecha e izquierda. Estas figuras pueden ser antropomórficas o no, pero siempre son identificables por portar los rasgos característicos de sus astros, como los rayos solares o una media luna. Su significado puede interpretarse como una referencia a lo eterno, pero también como que el poder divino está por encima de ellos.

Detalle del Sol y la Luna

Finalmente, el velo rasgado del templo, situado en lo alto de la composición, indica la sustitución de la Antigua Ley por la Nueva. 

Detalle del velo rasgado