martes, 17 de enero de 2023

 EL PIE Y LOS NAZARENOS DE SEVILLA

Nuestro Padre Jesús de la Misericordia

En 1641 fue encargada, como imagen de vestir, a Felipe Ribas, escultor de origen cordobés, por el presbítero y mayordomo de la Hermandad Sacerdotal de la parroquia de san Vicente (Clik), para la Semana Santa de ese año, siendo colocada en el sagrario de dicha Iglesia. 

La epidemia de peste de 1649 terminó con la vida de la mayoría de los cofrades y el clérigo Francisco Ortiz, que se declaraba fundador de la Hermandad, donó la imagen a la Hermandad de las Ánimas Benditas, y su mayordomo Antonio del Castillo, en 1650, encargó un retablo al escultor Blas de Escobar, para la capilla de la cofradía. 

En 1674 el párroco de san Vicente, Alonso López de las Doblas donó la imagen a la Hermandad Sacramental, con la condición de que presidiese el altar nuevo que se había de construir y se le hiciera una misa todos los viernes del año. Actualmente es cotitular de la Hermandad de las Siete Palabras y desde 1966 con el nombre de Jesus de la Divina Misericordia.

Es una imagen de vestir, realizada en madera y policromada, de 1,71 metros de altura, que representa al Nazareno con una cruz de tipo arbóreo a cuestas, cargada sobre el hombro izquierdo, que con gran delicadeza reclina la cabeza hacia el lado derecho.


Visión central de Nuestro Padre Jesús de la Misericordia


Visión lateral de Nuestro Padre Jesús de la Misericordia

Es una talla de amplia fuerza emocional sin excesos dramáticos, que tiene la habitual dulzura de las obras de su autor, Felipe de Ribas. Presenta el entrecejo marcado en forma de uve, la nariz recta y los labios carnosos. La barba bífida, la cabellera lacia tallada a trazos poco profundos, con un mechón de pelo suelto sobre el lado derecho que se contrapone al bucle del otro lado para servir de apoyo a la corona de espinas.

Detalle de la cabeza y cara

Destacan los pies desnudos con gran perfección anatómica.

Detalle de los pies

La imagen ha sido objeto de una sola intervención, para su incorporación al cortejo procesional, llevada a cabo por Luis Ortega Bru en 1977. Realizó un nuevo cuerpo, conservando las manos y la cabeza, y cambió su posición. La cruz procesional fue obra del tallista Manuel Guzmán Bejarano en el mismo año de 1977.