sábado, 2 de diciembre de 2023

 EL PIE Y LA PASION DE CRISTO EN LA PINTURA

ELEVACIÓN DE LA CRUZ 

La elevación de la Cruz. Pedro Pablo Rubens.


La elevación de la Cruz o el levantamiento de la Cruz es una pintura sobre tabla tríptico pintada por pintor flamenco Pedro Pablo Rubens a su regreso a Flandes desde Italia, entre 1610 y 1611, po lo que muestra una clara influencia de Caravaggio, Tintoretto y Miguel Ángel.

Originalmente fue pintada para la catedral gótica de San Walburga, financiada por Cornelis van der Geest, un rico comerciante y guardián de dicha iglesia. Se colocó sobre el Altar Mayor a una altura considerable que obligaba a verla desde una gran distancia.

Esta obra, junto con otra obra de Rubens, fue requisada por Napoleón y llevada a París. En 1815 fue devuelta a la catedral, pero al estar destruida la de Walburga, el retablo pasó a la Catedral de Nuestra Señora de Amberes, ubicándose en el transepto.

Existe una versión de menor tamaño que se ubica en la galería de Arte de Ontario (Canadá)   y otra más pequeña con una composición distinta está en el Louvre de Paris.  

En el panel de la izquierda se representa en primer plano a una mujer de pelo rubio amamantando a un bebe desnudo, en el segundo plano hay tres mujeres, una mira al suelo, otra observa la trágica escena mientras un niño la abraza. La tercera mujer mira directamente al espectador y detrás se encuentran un hombre con manto y túnica y una mujer que mira melancólica hacia la crucifixión. Las figuras son los monarcas reales, que encuentran cierto interés macabro en la crucifixión, mientras las mujeres, entre ellas la Virgen María, se lamentan y sufren ante la escena que contemplan.

En el panel se destacan seis personajes, dos centuriones a caballo que están supervisando la crucifixión. Al fondo aparecen los dos ladrones que va a ser crucificados junto a Cristo. Uno está siendo clavado y otro espera su turno.

En el panel central, Rubens representa el trágico e intenso momento en el que la cruz de Jesús se levanta con él recién clavado de pies y manos a ella. 

La cruz se dispone en diagonal, ordenándose a su alrededor unos diez hombres musculosos y fuertes que están levantando la cruz, realizando un gran esfuerzo por el aparente peso insoportable de la Cruz. Movimiento, espacio y tiempo se muestran junto con la lucha por poner en posición vertical a Cristo.

La luz se focaliza de forma dramática sobre el cuerpo de Jesucristo, dejando a algunos personajes en zona de penumbra.

Sobre la Cruz, Cristo aparece en escorzo, en posición oblicua o perpendicular a nuestro nivel visual, y está padeciendo un enorme dolor y mira hacia el cielo en busca de consuelo divino. 

Detalle de la cara de Jesús mirando al cielo

Los pies están fijos con un solo clavo y el pie derecho sobre el izquierdo.


Detalle de los pies

En la parte inferior hay un perro, igualmente en escorzo, que representa la fidelidad y la lealtad, y sus ladridos ponen sonido a la brutalidad de la acción, acentuando el dramatismo de la escena.  


Detalle del perro

 EL PIE Y LA PASION DE CRISTO EN LA PINTURA

ENCLAVAMIENTO 

Cristo clavado en la Cruz. Campi Vincenzo. 

Cristo clavado en la cruz. Campi Vincenzo. 1577. Óleo sobre lienzo. 210 x 141 cm. Museo del Prado. No expuesto

Campi representa con todo su dramatismo el momento en que los soldados romanos se disponen a clavar el cuerpo de Cristo en la Cruz.

Destacan los soldados con armadura que no se corresponde con la época de Jesús y el sayón de espalda al espectador clavando la mano con gran violencia.

Detalle de los soldados y el sayón

Detalle del enclavamiento de la mano derecha

Detalle de la cara de Jesús

En segundo plano, San Juan Evangelista, señala la escena a la Virgen quien, desolada, se deja caer al suelo. 

Detalle de la Virgen y san Juan Evangelista