EL PIE Y LA PASION DE CRISTO EN LA PINTURA
ELEVACIÓN DE LA CRUZ
La elevación de la Cruz. Pedro Pablo Rubens.
La elevación de la Cruz o el levantamiento de
la Cruz es una pintura sobre tabla tríptico pintada por pintor flamenco Pedro
Pablo Rubens a su regreso a Flandes desde Italia, entre 1610 y 1611, po lo que
muestra una clara influencia de Caravaggio, Tintoretto y Miguel Ángel.
Originalmente fue pintada para la catedral
gótica de San Walburga, financiada por Cornelis van der Geest, un rico
comerciante y guardián de dicha iglesia. Se colocó sobre el Altar Mayor a una
altura considerable que obligaba a verla desde una gran distancia.
Esta obra, junto con otra obra de
Rubens, fue requisada por Napoleón y llevada a París. En 1815 fue devuelta a la
catedral, pero al estar destruida la de Walburga, el retablo pasó a la Catedral
de Nuestra Señora de Amberes, ubicándose en el transepto.
Existe una versión de menor
tamaño que se ubica en la galería de Arte de Ontario (Canadá) y otra más
pequeña con una composición distinta está en el Louvre de Paris.
En el panel de la izquierda se
representa en primer plano a una mujer de pelo rubio amamantando a un bebe
desnudo, en el segundo plano hay tres mujeres, una mira al suelo, otra observa
la trágica escena mientras un niño la abraza. La tercera mujer mira
directamente al espectador y detrás se encuentran un hombre con manto y túnica
y una mujer que mira melancólica hacia la crucifixión. Las figuras son los
monarcas reales, que encuentran cierto interés macabro en la crucifixión,
mientras las mujeres, entre ellas la Virgen María, se lamentan y sufren ante la
escena que contemplan.
En el panel se destacan seis
personajes, dos centuriones a caballo que están supervisando la crucifixión. Al
fondo aparecen los dos ladrones que va a ser crucificados junto a Cristo. Uno
está siendo clavado y otro espera su turno.
En el panel central, Rubens
representa el trágico e intenso momento en el que la cruz de Jesús se levanta
con él recién clavado de pies y manos a ella.
La cruz se dispone en diagonal, ordenándose a su
alrededor unos diez hombres musculosos y fuertes que están levantando la cruz,
realizando un gran esfuerzo por el aparente peso insoportable de la Cruz. Movimiento, espacio y tiempo se muestran
junto con la lucha por poner en posición vertical a Cristo.
La luz se focaliza de forma dramática sobre el cuerpo
de Jesucristo, dejando a algunos personajes en zona de penumbra.
Sobre la Cruz, Cristo aparece en escorzo, en posición
oblicua o perpendicular a nuestro nivel visual, y está padeciendo un enorme
dolor y mira hacia el cielo en busca de consuelo divino.
Los pies están fijos con un solo clavo y el pie derecho
sobre el izquierdo.
En la parte inferior hay un perro, igualmente en
escorzo, que representa
la fidelidad y la lealtad, y sus ladridos ponen sonido a la brutalidad de la
acción, acentuando el dramatismo de la escena.