viernes, 26 de mayo de 2023

 SIMBOLISMO DEL PIE EN LA PINTURA

Las Tres Gracias. Rubens, Pedro Pablo.

Las tres Gracias. Rubens, Pedro Pablo. 1630-1635. Óleo sobre tabla de madera de roble. 220,5 x 182 cm. Museo Nacional del Prado. Sala 029

Las tres Gracias es un cuadro muy personal. Rubens debió pintarlo para sí mismo, pues formaba parte de su colección en el momento de su muerte y no existe un boceto preparatorio, cuando Rubens solía hacerlos para mostrar sus ideas a sus clientes o a sus ayudantes, pero no cuando pintaba para él. 

Venus es la diosa del amor, la belleza y la fertilidad en la mitología romana. Desde el siglo III a.c. la creciente helenización de las clases altas romanas la identificó con la diosa griega Afrodita. Era la esposa de Vulcano, Dios del fuego y los volcanes, forjador del hierro y creador de armas y armaduras para dioses y héroes.

En las fuentes mitológicas, comenzando con la Teogonía de Hesíodo, las Gracias se consideran hijas de Zeus y Hera y representan virtudes como la alegría, el encanto y la belleza, símbolos inequívocos de belleza y sensualidad, y acompañan frecuentemente a Venus, añadiendo estos factores al amor, la belleza y la fertilidad, que ella representa. Sus nombres eran Aglaya (Belleza, Esplendor), Eufrosina (Alegría, Jubilo) y Thalía (Florida, Abundancia).

Las Gracias también se asociaron con la generosidad y la gratitud y tanto en el idioma español como en el italiano, las palabras “Gracias” y “Grazie” se utilizan para expresar gratitud por algo recibido y Rubens con esta pintura nos dice “gracias al mundo y a la vida”.

El paisaje se extiende hacia un lejano fondo azul, desde donde una luz intensa se filtra a través de los árboles.

Un riachuelo mana de la fuente, coronada por un niño que sujeta el cuerno de la abundancia, se puede identificar con Cupido, hijo de Venus y de Marte (Dios de la guerra), ayudante de su madre para dirigir la fuerza primordial del amor hacia los mortales. En este caso, para Rubens, encarna una noción positiva puesto que el agua que mana de su fuente es una bendición para el mundo. 

Detalle de Cupido con el “Cuerno de la Abundancia”

De la cornucopia y de la rama de un árbol cuelga una guirnalda de rosas blancas y rojas en plena floración. Replican el esplendor de las Gracias, del mismo modo que las formas de la fuente replican sus cuerpos.

Del árbol cuelgan las ropas de una sola persona, que son contemporáneas de Rubens y no antiguas, como correspondería a las diosas, de este modo el artista relaciona los mitos antiguos con su propia vida. 

Detalle de las guirnaldas y de la ropa

Rubens nos muestra a las tres Gracias abrazadas, formado un circulo, y con ello, inmortalizó a sus dos esposas.

Isabella Brandt, la primera esposa del Pintor, rubia y hermosa, es la Gracia de la derecha. 

Detalle de Isabella Brandt

Presenta una tumoración en el pecho izquierdo en el cuadrante superior izquierdo, que llega hasta el hueco axilar izquierdo. Unos pliegues en la axila podrían corresponder a una afectación de los ganglios linfáticos regionales. Además, el pezón está retraído hacia la axila homolateral y el volumen general de la mama parece menor que la del otro lado. La tumoración entre la mama y la axila izquierda es exofítica, irregular y muestra una tonalidad rojiza, eritematosa, que puede indicar una cierta inflamación. Este aspecto es compatible con la presencia de un cáncer de mama localmente avanzado. Murió muy joven, a los 34 años, durante la peste que afectó a la población europea, pero pudo ser de su tumoración mamaria, pues, el cuadro fue comenzado antes de 1626, fecha de la muerte de Isabella, y terminado en 1639.

Detalle de las mamas

La Gracia de la izquierda se parece a los retratos de su segunda esposa, Helena Fourment. Rubens pintó diversos retratos de Suzanne Fourment, la hermana de Helène, su segunda mujer, que también le sirvió en muchas ocasiones de modelo. 

Su fisonomía coincide bastante con la de la diosa afecta por la tumoración mamaria. Y también coinciden sus pendientes, que el pintor dejó plasmados en diversas obras con gran detalle. Esto hace suponer, que tal vez, fuera su cuñada Suzanne la modelo que padecía un cáncer de mama.

Detalle de Helena Fourment

Si observamos con atención su mano derecha aparece deformada como en una artritis reumatoide. Pero, el pintor se casó con Helena   en diciembre de 1630, cuando ella contaba con apenas dieciséis años y él cincuenta y tres y cuando sirvió de modelo para esta pintura tenía 23 años y no existen datos bibliográficos que indiquen que la joven esposa haya padecido la enfermedad. Por ello, esta representación podrían ser un reflejo de sus propios padecimientos, pues en varias de sus pinturas se muestra luciendo elegantes guantes. Tradicionalmente se puede interpretar como un símbolo de riqueza; sin embargo algunos autores creen que constituye un medio para ocultar las secuelas directas de la Artritis Reumatoides.

Detalle de la mano

La Gracia del centro, de espaldas al espectador, no está identificada, pero pasó también a la posteridad sin nombre. Presenta una marcada escoliosis asociada al signo de Trendelenburg positivo (la cadera derecha baja en vez de elevarse cuando la pierna izquierda permanece apoyada). Algunos autores han sugerido que podrían corresponder a un posible síndrome de hipermovilidad familiar benigna que afectó a Helene Fourment y a su hermana.  Pero, también hay que tener en cuenta que puede ser un recurso utilizado en la pintura y escultura, que  se denomina “contraposto”, término italiano en que la figura rompe la simetría, pero permanece en equilibrio, proporcionando cierta sensación de movimiento.

Escoliosis. Trendelemburg. Contraposto

Rubens nos muestra a las tres Gracias abrazadas, formado un circulo y la posición de los pies son los que proporcionan la sensación de que bailan suavemente.

Posición de los pies

Con este lienzo, el gran Rubens relaciona la belleza con la enfermedad.

Autor: Andrés Carranza Bencano