domingo, 21 de enero de 2024

 MUERTE EN LA PINTURA

La Muerte del Maestro. José Villegas Cordero.

La muerte del maestro. José Villegas Cordero. Hacia 1910. Óleo sobre lienzo. 330 X 505 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala XII.

Este lienzo fue adquirido en 1910 por un coleccionista estadounidense que posteriormente lo donó a la Galería de Arte Albrightknox de Búfalo del estado de Nueva York. 

En 1983 esta obra participa en una exposición celebrada en Sevilla y Granada, llamada "Pintores Andaluces en la Escuela de Roma (1870-1900)". 

La pintura fue subastada en 1992 en la galería londinense de Christie's y comprada por un anticuario.

Finalmente, en 1996 fue adquirida  por la Junta de Andalucía  para ser depositada en el Museo de Bellas Artes de Sevilla.

La muerte del maestro. José Villegas Cordero. Hacia 1910. Óleo sobre lienzo. 330 X 505 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala XII.

Esta obra, de gran formato, ha sufrido un largo proceso de ejecución y transformación por parte del propio artista (Ver), que comenzó una versión en el año 1893 y culminó con otra nueva en 1910.

Este cambio consistió principalmente en la reducción del formato (341,5 x 514 cm.), transformación del color, luz y textura, y modificación de la composición.

Detalle del maestro muerto

La obra está inspirada en una corrida de toros celebrada el 20 de junio de 1889, en honor de El Tato, a la que Villegas asistió en la plaza de toros de La Maestranza de Sevilla y en la que el matador Bocanegra resultó cogido de muerte. 

Detalle del rostro del maestro

Presenta una escena de gran dramatismo distribuida en dos partes, la mitad izquierda, donde yace el difunto sobre la cama y un sacerdote reza en la cabecera delante de un altar con una Virgen y un crucificado, y la mitad derecha, donde se distribuyen los demás toreros y la cuadrilla del maestro.

Detalle de la zona izquierda del lienzo

Resalta la expresividad en los rostros y actitudes de los compañeros de terna y los  miembros de la cuadrilla que muestran la desolación y desesperación ante la muerte del maestro. 

Detalle de la mitad derecha del lienzo

Destaca en la esquina izquierda como un mozo retira la ropa y las zapatillas del maestro. 

Mozo que retira la ropa del maestro

Es la máxima expresión de la muerte pues los calzados representan el contacto con lo terrenal y al quitar los zapatos, se facilita la transición del espíritu al más allá y se evita que quede atrapado en este plano. 

Al mismo tiempo, al enterrar a los muertos sin zapatos, se muestra respeto y sumisión ante el poder divino.  

Detalle de la retirada de las zapatillas del maestro

Y Dios le dijo a Moisés: “No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es” (Éxodo 3:5). 

SIMBOLISMO DEL PIE EN LA PINTURA

La muerte del maestro. José Villegas Cordero.


La muerte del maestro. José Villegas Cordero. Hacia 1910. Óleo sobre lienzo. 330 X 505 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala XII.

Este lienzo fue adquirido en 1910 por un coleccionista estadounidense que posteriormente lo donó a la Galería de Arte Albrightknox de Búfalo del estado de Nueva York. 

En 1983 esta obra participa en una exposición celebrada en Sevilla y Granada, llamada "Pintores Andaluces en la Escuela de Roma (1870-1900)". 

La pintura fue subastada en 1992 en la galería londinense de Christie's y comprada por un anticuario.

Finalmente, en 1996 fue adquirida  por la Junta de Andalucía  para ser depositada en el Museo de Bellas Artes de Sevilla.

La muerte del maestro. José Villegas Cordero. Hacia 1910. Óleo sobre lienzo. 330 X 505 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala XII.

Esta obra, de gran formato, ha sufrido un largo proceso de ejecución y transformación por parte del propio artista (ver), que comenzó una versión en el año 1893 y culminó con otra nueva en 1910.

Este cambio consistió principalmente en la reducción del formato (341,5x514 cm.), transformación del color, luz y textura, y modificación de la composición.

Detalle del maestro muerto

La obra está inspirada en una corrida de toros celebrada el 20 de junio de 1889, en honor de El Tato, a la que Villegas asistió en la plaza de toros de la Maestranza de Sevilla, y en la que el matador Bocanegra resultó cogido de muerte.

Detalle del rostro del maestro

Presenta una escena de gran dramatismo distribuida en dos partes, la mitad izquierda, donde yace el difunto sobre la cama y un sacerdote reza en la cabecera delante de un altar con una Virgen y un crucificado, y la mitad derecha, donde se distribuyen los otros toreros y la cuadrilla del maestro.

Detalle de la zona izquierda del lienzo

Resalta la expresividad en los rostros y actitudes de los compañeros de terna y los  miembros de la cuadrilla que muestran la desolación y desesperación ante la muerte del maestro. 

Detalle de la mitad derecha del lienzo

Destaca en la esquina izquierda como un mozo retira la ropa y las zapatillas del maestro. 

Mozo que retira la ropa del torero

Es la máxima expresión de la muerte pues el calzado representa el contacto con lo terrenal, y al quitar los zapatos se facilita la transición del espíritu al más allá y se evita que quede atrapado en este plano. 

Al mismo tiempo, al enterrar a los muertos sin zapatos, se muestra respeto y sumisión ante el poder divino.  

Detalle de la retirada de las zapatillas del maestro

Y Dios dijo a Moisés: “No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, Tierra Santa es” (Éxodo 3:5). 


 PATOLOGIA DEL PIE EN LA PINTURA

Hallux Valgus

Las tentaciones de San Jerónimo. Juan de Valdés Leal.


Las Tentaciones de San Jerónimo. Juan de Valdés Leal. Hacia 1657. 224 X 126 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala VIII. Procede del Monasterio de San Jerónimo de Buenavista. Sevilla

El conjunto pictórico, hoy disperso en varios museos y colecciones, lo constituían seis escenas de la vida de san Jerónimo (ver) y doce representaciones de destacados santos y frailes de la orden, de las cuales ingresaron en la colección fundacional del Museo de Bellas Artes de Sevilla tres pasajes de la vida del santo y seis figuras exentas de notables monjes.

El relato de esta escena se basa en una carta que el santo escribió a santa Eustoquio, que, con su madre, santa Paula, lo siguieron a Tierra Santa donde fundaron varios monasterios.

En su correspondencia le participa las frecuentes y temibles tentaciones que sufrió durante su retiro en el desierto, con visiones de mujeres desnudas bailando.

En la composición el santo se sitúa arrodillado en la entrada de una cueva durante sus años de soledad como eremita, con los símbolos de su ascética vida, como el crucifijo, los libros, la calavera y la piedra con la que se mortificaba. 

Detalle de san Jerónimo


Detalle del libro, la calavera y la piedra 

Su actitud es de oración y al mismo tiempo de rechazo al grupo de sensuales mujeres que danzan al ritmo de instrumentos musicales.


Detalle de las mujeres

Destaca la morfología del pie, frecuente en la pintura de Valdés Leal, con pie griego y discreto Hallux Valgus.

Detalle del pie izquierdo del Santo

 PATOLOGIA DEL PIE EN LA PINTURA

Alteraciones de los dedos

Flagelación de San Jerónimo. Juan de Valdés Leal.

Flagelación de San Jerónimo. Juan de Valdés Leal. 1657. Óleo sobre lienzo. 223,50 x 245,50 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala VIII. Procede del Monasterio de San Jerónimo de Buenavista de Sevilla


La pintura forma parte de la serie de seis escenas que ilustraban pasajes de la vida de san Jerónimo (ver) realizadas por Valdés Leal para la sacristía del convento de San Jerónimo de Buenavista de Sevilla.

Tras la desamortización de 1835 pasó a formar parte de la colección del Museo de Bellas Artes de Sevilla junto con el Bautismo de san Jerónimo y Las tentaciones de san Jerónimo, más seis de las doce representaciones de destacados santos y frailes de la orden que completaban este ciclo pictórico, hoy disperso en varios museos y colecciones privadas.

La iconografía de este capítulo de la vida de san Jerónimo fue descrita en una carta que dirigió a su discípula santa Eustoquio. En ella relata la visión de ser llevado en espíritu ante el tribunal de Dios por haber preferido la lectura de autores latinos como Tulio o Cicerón a los textos sagrados, su arrepentimiento y el severo castigo de su flagelación infligido por unos ángeles.

En el área superior dela composición se presenta la atmósfera luminosa y etérea del espacio celestial y las figuras evanescentes de Cristo, la Virgen y san Juan Bautista. 


Cristo, la Virgen y san Juan Bautista en la parte superior de la composición

Se contraponen las figuras situadas en el plano terrenal, a contraluz, sólidas y contundentes.

En primer plano, aparece el ángel que flagela al santo, vuelto de espaldas, gira sobre sí mismo con las alas extendidas para impulsar los flagelos que azotarán al santo. 

Detalle del ángel con el flagelo

El Santo está representado en un segundo plano, en posición de genuflexión esperando el castigo.

Detalle del Santo arrodillado

A su derecha otro ángel ha detenido el castigo y parece solicitar su perdón al grupo celestial. 

Detalle del segundo ángel

Destaca la posición en hiperflexión de los dedos de la pierna izquierda arrodillada.

Detalle de los dedos