jueves, 1 de agosto de 2024

  EL PIE Y LOS CRUCIFICADOS DE SEVILLA

Crucificado de la Iglesia de los Capuchinos.

Visión general de la nave central de la Iglesia de la Orden Tercera del Convento de Capuchinos, desde los pies 

En el testero plano del presbiterio de la iglesia de Capuchinos (ver) existe un óleo de San Francisco en éxtasis, (220 x 190 cm.), que alza los brazos, mirando hacia arriba, obra tenebrista de Virgilio Mattoni, muy oscurecido por el paso del tiempo. Se duda sobre su cronología exacta, pero lo más probable es que se pintara entre 1895 y 1897.

Debajo de este cuadro se halla un crucificado

A los lados de éste se sitúan sendas tallas de Santas Justa y Rufina (ver), en madera encarnada, estofada y policromada, del taller de Duque Cornejo (ver).   

Detalle del testero plano del presbiterio

El único dato concreto que se conoce de este crucificado es que se destinó a la Orden Tercera del Convento a finales del siglo XVIII, pero los estudios concuerdan en indicar que la efigie es anterior (finales del XVI y principios del XVII), en concreto es una talla de estilo manierista, de autor anónimo.

Es un crucificado vivo que mira hacia la derecha y lo más llamativo es que se retuerce en la cruz de forma dramática, como la “serpentinata” manierista, que recuerdan al "contraposto" del grabado de Miguel Ángel, como en el crucificado de la Expiración del Museo.

Fisiopatológicamente esta actitud se corresponde con las contracciones tetánicas secundarias a los graves trastornos del metabolismo hidroelectrolíticos, en relación con todo el proceso de la Pasión.

Crucificado

Como hemos comentado, presenta la cabeza caída y dirigida hacia la derecha con los parpados semicerrados, con una expresión en los ojos de extrema dulzura, y con la mirada perdida como corresponde a los últimos momentos de la vida.

Detalle de la cabeza y cara desde el lado izquierdo

Detalle de la cabeza y cara desde el lado derecho

Los brazos se mantienen casi horizontales como corresponde a un Cristo vivo y presenta los clavos en las palmas de las manos con extensión de los dedos.

Detalle de los brazos

El paño de pureza apoyado sobre una cuerda y anudado al lado derecho, deja al descubierto la zona de la cadera derecha. Presenta una gran oblicuidad pues se adapta a la asimetría pélvica que manifiesta el “contraposto”, responsable de una gran sensación de movimiento.

Detalle del paño de pureza

Los pies se fijan con un solo clavo, estando el pie izquierdo sobre el derecho, situación poco habitual en las representaciones artísticas de la crucifixión, pero que se corresponde con  lo que nos muestra la Sabana Santa de Turín (ver).

Detalle frontal de los pies

Por Andrés Carranza Bencano