EL PIE Y LA PASION DE CRISTO EN LA PINTURA
Constantinopla.
En el año 912 muere el Emperador Bizantino León VI, el Sabio, y hasta la
mayoría de edad de su hijo Constantino VIII “Porfirogéneta”, actúa como
emperador bizantino en funciones Romano I Lecapeno.
“Porfirogéneta” significa “nacido de la
Purpura”, por haber nacido en la
sala púrpura especial del palacio de Bucoleón, destinada al nacimiento de los
herederos del trono imperial.
Constantino VII. Emperador del Imperio Romano de Oriente desde 6 de junio de 913 a noviembre de 959
Romano I Lecapeno ordena a un prestigioso general de origen armenio,
llamado Juan Corcuas, que ataque Edessa para rescatar la Síndone. Después de
un corto tiempo de sitio, en el año 944, se alcanza la paz con el emir del
sultanato de Edessa, que es conocido como “tratado del Mandylion”, por el cual
el general Corcuas devolvía 200 prisioneros, elegidos entre los más importantes,
entregaba 12.000 monedas de oro y finalizaba el sitio de la ciudad, mientras
que el emir le entregaba el Mandylion, que era la Síndone plegada ocho veces de
modo que se podía ver solo el rostro (ver).
Las tropas musulmanas del emir de
Edessa agradecen al ejercito bizantino del general Corcuas el “Tratado del “Mandylion”,
que restableció la paz el año 944
Entrega del Mandylion a los bizantinos en 944.
Ilustración del folio 131a del Skylitzes Matritensis
El arca con el Mandylion fue llevada hasta Somosanta, antigua ciudad situada en la margen derecha (occidental) del rio Éufrates, que quedó inundada por la construcción de la presa de Atatürk.
Posteriormente, es transportada al
Monasterio de Santa María Madre de Dios o Monasterio de Eusebio, cerca de
Constantinopla.
Cuando
se extiende
en su totalidad, se comprueba que el Mandylion es una enorme sábana que no
solamente tiene la impronta del rostro, sino que está representada la imagen de
un hombre torturado, de frente y de espaldas, y el 15 de
agosto del año 944, la Síndone, ya con ese nombre, hace su histórica entrada en
Constantinopla.
El
Mandylion o Síndone, guardado en un cofre de oro, rodeado de un sequito con las
máximas autoridades religiosas, civiles y militares del Imperio (el emperador
bizantino Constantino VIII “Porfirogéneta” y el emperador bizantino en
funciones Romano I Lecapeno), celebraron el día de la Asunción en la Sagrada Iglesia
de Santa María de Balanquerne, situada en la parte nueva de Constantinopla, a
orillas del Cuerno de Oro, con una gran homilía del arcediano Gregorio.
Fastos imperiales bizantinos en la
recepción de la Sabana Santa en la iglesia de Santa María de Blanquerne, que custodiaba
un vestido de la virgen María, de ahí el deseo popular de reunir ambas
reliquias en el mismo templo.
Esta iglesia de Santa María de Balanquerne era un templo construido en el
siglo V y en su entorno se creó el gran complejo del Palacio de Blanquernas, que fue destruido casi totalmente
en un incendio en 1434, permaneciendo en ruinas hasta mediados del siglo XIX,
en que el gremio de los peleteros ortodoxos compró parte de la parcela original
y construyó una pequeña capilla que actualmente sigue abierta al culto.
Posteriormente,
navegaron hasta el Palacio de Bucoleón, y la urna fue instalada en la iglesia
de Faros, aneja a dicho palacio, construido probablemente por el emperador
Teodosio II en el siglo V.
El
Palacio de Bucoleón en la actualidad.
Al día
siguiente, 16 de agosto, el cofre con la Síndone hizo una travesía por la costa
de Constantinopla para desembarcar cerca de la iglesia dedicada a la sabiduría
divina de Santa Sofía.
El 16 de agosto de 1944,
Constantino VII “Porfirogéneta” embarca en la galera real con la Sabana Santa
guardada en su cofre, y pasea por el canal del Cuerno de Oro en medio del
fervor popular. El desembarco la conduce a Santa Sofía en medio de cánticos,
flores y oraciones de acción de gracias.
Esta
iglesia de Santa Sofía es una antigua basílica cristiana, posteriormente
convertida en iglesia ortodoxa, más tarde en mezquita, luego en museo y desde
el 1 de agosto de 2020 nuevamente en mezquita de la ciudad de Estambul.
Terminados los oficios correspondientes, en esta
iglesia, el arca fue trasladada a la sala de audiencias donde estaba el Trono
de Oro, el Crisio Triclinium de los emperadores bizantinos, donde fue colocada,
hasta que fue devuelta a Faros.
Pocos años después, la Sábana Santa pasó a ocupar su lugar definitivo en Constantinopla en la iglesia de Santa María de Blaquerne, donde todos los viernes era presentada y honrada públicamente en ostensión.
Curiosamente, seguía empleándose para el
culto una urna que contenía la Sábana, pero que se presentada únicamente por el
pliegue que mostraba el Santo Rostro, a la que llamaban "Urna de Ostensión
Facial".
Urna de Ostensión Facial. Fue el sistema empleado
en la capital de Bizancio para presentar la Síndone por el rostro de Jesús únicamente,
haciéndolo coincidir con un agujero central
En el año
1095, acudió a Constantinopla una delegación húngara para pedir la mano y el
desposorio de la hija de Manuel I con un hijo del rey de Hungría.
Con la delegación iba un pintor que plasmó la Sábana Santa en el llamado Códice de Pray (Biblioteca Nacional de Széchény en Budapest), con la figura de Jesús muerto, la unción del cuerpo, y las santas mujeres.
Pero, curiosamente, esa pintura de la Sábana Santa representa cuatro agujeros ordenados en forma de L invertida que son perfectamente visibles actualmente en la Síndone, de donde se infiere que ese lienzo al menos data del año 1095.
Fresco de Inocencio III ubicado en el claustro del Sacro
Speco de Subiaco 1219
Los cruzados hacen escala en Constantinopla, donde son bien recibidos por los bizantinos (Isaac II, era el emperador de Bizancio) a pesar de que en aquella época se había consolidado el cisma de Oriente que significó la separación de las dos grandes Iglesias en 1054.
Inicialmente, dadas las buenas
relaciones entre Bizancio y Roma, los cruzados tenían permiso para entrar en
Constantinopla, pasear por sus calles y contemplar sus
Pero, el 12 de abril de 1204, las tropas cruzadas invadieron y tomaron la ciudad de Constantinopla realizando robos, matanzas, saqueos, incendios y destrucción, y la iglesia de Santa María de Blaquerne fue expoliada incluyendo la Sábana Santa, que desapareció.
El 12 de abril de 1204, las tropas cruzadas, hartas
de esperar acampadas fuera de las murallas de Constantinopla en el inicio de la
expedición de conquista a Tierra Santa, invaden la ciudad y la saquean de forma
despiadada.
El cuadro de Delacroix representa un
famoso episodio de la IV Cruzada ocurrido el 12 de abril de 1204 en el que
los cruzados, abandonando sus planes de invadir Egipto y Jerusalén, se
decidieron por saquear la ciudad cristiana-ortodoxa de Constantinopla, capital
del Imperio Bizantino. La obra muestra al rey Balduino I a la cabeza de
un desfile que atraviesa las calles de la ciudad tras el asalto. Alrededor de
él los habitantes de la ciudad suplican clemencia.
Constantinopla tenía forma de triángulo, en dos lados la
protegía el agua y en el tercero se levantaban las murallas más imponentes por
lo que no era fácil su asedio y de hecho había resistido veintiséis sitios, durante
mil años de historia.
El sultán otomano Mehmed II con un gran ejército y una gran
flota consiguió su conquista el 29 de mayo de 1453, a pesar de la defensa del
emperador Constantino XI y el genovés Giovanni Giustiniani.
El sultán Mehmed II oliendo una rosa. Álbumes de Topkapi Sarayi. Hazine 2153, folio 1oa
Esta conquista puso fin al Imperio Bizantino y la ciudad, renombrada
como Estambul, se convirtió en la nueva capital del poderosos dominio otomano.
La basílica de Santa Sofía se transformó en una mezquita desapareciendo los símbolos
cristianos.
Por tanto, y afortunadamente, la Sabana Santa, robada por los cruzados, pudo salvarse de la destrucción por parte del ejercito otomano.
Mehmet II conquistando Constantinopla. Zonaro, Fausto. 1903. Palacio de Dolmabahçe. Estambul. Turquía