EL PIE Y LA PASION DE CRISTO EN LA PINTURA
Hematohidrosis.
El evangelio de Juan dice que Jesús entró en un jardín, con tres de sus
discípulos. Se trata de “Getsemaní”, que viene del arameo “Gath-Smané”, que
significa “Prensa de aceite”, refiriéndose al aceite de oliva, pues, al parecer, había una gran cantidad de árboles de olivo que rodeaban el área en aquellos
días. Todos los evangelios hacen referencia a este lugar.
Según
el relato de Lucas, Jesús se apartó de sus discípulos, como un tiro de piedra,
pero muy pronto se durmieron, por lo que puesto de rodillas oraba solo,
diciendo: “Padre, si quieres, aparta de mi este cáliz, pero no se haga mi
voluntad sino la tuya” (Lc 22: 42).
Claramente Jesús sentía miedo, angustia y tristeza, como situación
comprensible pues conocía todo lo que le iba a llegar, y el terror se mezcla con
el amor infinito que le hizo aceptar voluntariamente su Pasión, en una grave
situación de tensión y amargura.
Según Lucas (Lc
22: 44) mientras Jesús rezaba a solas en el huerto “su sudor se hizo como gotas
espesas de sangre”.
Algunos investigadores han interpretado que la palabra
“como” indica que la sangre no era literal, sino figurativa.
En el libro de Mormón, el rey Benjamín lo declara
literalmente “Pues he aquí la sangre le brotará de cada poro, tan grande será
su angustia” (Mosíah 3:7).
Pero con la imagen que resulta de este hecho el autor
quiso subrayar la naturaleza humana de Jesús, que siendo Dios se hizo
plenamente hombre para salvar a los hombres.
Pero, este hecho, aunque raro, no es desconocido desde
el punto de vista científico, que lo llama “Hematohidrosis”.
Se trata de una afección de etiología desconocida que
se puede incluir en el grupo de enfermedades sistémicas, pues se ha informado en
caso de purpura trombocitopenia primaria.
También, puede ocurrir en el entorno de estrés extremo
cuando el paciente se enfrenta a situaciones de gran ansiedad, prolongado
estado de angustia o síntomas afectivos.
Respecto a su patogenia se plantea por la presencia de una red de múltiples vasos sanguíneos alrededor de las glándulas sudoríparas, que se contraen ante situaciones de gran estrés. Posteriormente cuando se va aliviando la ansiedad estos vasos sanguíneos se dilatan por exceso de presión, hasta su ruptura, con lo que la sangre extravasada penetra en las glándulas sudoríparas, y esta mezcla de sudor con sangre es expulsa hacia el exterior, en form de sudor de sangre.
Se comprende así la relación de la “Hematohidrosis” o “sudor de sangre” con la situación de máximo estrés de Jesús, ante su visión profética de las torturas que habría de padecer y que libremente había aceptado, en defensa del hombre.