SIMBOLISMO DEL PIE EN LA PINTURA
Visita de Napoleón a los apestados en Jaffa. Antoine-Jean Gros.
El cuadro es un encargo de Napoleón para
hacerse publicidad en Francia. El tema que escogió Gros para la glorificación del nuevo regente de Francia,
lo extrajo de la campaña militar de Oriente Próximo, justo en el momento en el
que Napoleón acude a visitar a los soldados franceses que habían sido víctima
de una epidemia de peste bubónica en Jaffa, durante la estancia del ejército en
Siria en marzo de 1799.
La peste de Jaffa fue descrita por Dominique Jean Larrey,
cirujano jefe del ejército francés, que describió los síntomas del brote
epidémico que causaba la muerte diaria de una decena de soldados.
Los primeros casos de la epidemia que
afectó a las tropas de Bonaparte aparecieron durante la penosa
travesía del desierto que tuvieron que realizar para escapar del hostigamiento
al que les estaban sometiendo los ingleses, por un lado, y los otomanos por
otro.
A principios de 1799, en la ciudad de
Jaffa (Actualmente pertenece a Israel) a orillas del Mediterráneo, los
servicios sanitarios franceses tuvieron que organizar la asistencia de la
ingente cantidad de soldados afectados por la epidemia.
El cuadro, claro ejemplo de pintura puesta al servicio de la propaganda
política, muestra a Napoleón rodeado de enfermos en el patio de una mezquita,
que se había convertido en improvisado hospital de campaña.
Napoleón se sitúa en el centro de la composición, bajo un arco ojival, para
realzar y destacar su figura en el lienzo. Se representa valiente y compasivo palpando
el bubón axilar de un enfermo, en contraste con la actitud y cobarde de sus dos
oficiales acompañantes, que intentan apartarlo del contacto con los enfermos
para evitar su exposición al contagio.
A la izquierda de Bonaparte, detrás, en un lugar discreto,
se ve parte del rostro del médico (unos dicen que se trata de Desgenettes,
otros que era el cirujano Masclet). A la derecha del general, su
ayudante de campo, se tapa la boca y la nariz con un pañuelo
El resto de afectados están diseminados, en un primer plano, por los
laterales y la zona inferior del cuadro, tirados por el suelo y postrados. Algunos
de ellos están siendo atendidos por médicos ataviados con los típicos trajes árabes,
como el enfermo arrodillado que mira con gesto de desfallecimiento a Napoleón, justo
en el momento en el que un cirujano le produce una incisión en la axila, zona
en la que se localiza la adenopatía bubónica.
En cuanto a la arquitectura de la escena, sin olvidar situar en lo más
alto la bandera francesa como prueba de su dominio sobre la ciudad, se puede
saber, por la forma del patio, las arquerías, y el minarete posterior, que se
trata seguramente del patio de abluciones de alguna mezquita en Jaffa.
René-Nicolas Dufriche, más conocido como Desgenettes fue el medico jefe
del ejército de Napoleón y además de las heridas de guerra tuvo que combatir
contra la viruela, el escorbuto, la conjuntivitis, la disentería y otras
enfermedades que, como era común en la época, se llamaban con el nombre genérico
de “fiebres”.
Ante el grave problema de los enfermos
de peste, Napoleón sugiere a Desgenettes, en presencia del
general Berthier, su Jefe de Estado Mayor, que se acortara la vida
de los enfermos administrándoles altas dosis de opio, a lo que el médico se
negó al considerar “Mi deber es mantenerlos con vida“.
Pero, a espaldas de Desgenettes y
de acuerdo con el farmacéutico jefe, Roger, los apestados
recibieron dosis letales de láudano (un preparado compuesto de opio y otras
sustancias) que provocó una muerte masiva, que fue atribuida al incendio que,
precisamente, se declaró en el lugar donde estaban concentrados y del que se
puede sospechar la influencia oculta de Napoleón.
Finalmente destacamos el simbolismo de los pies descalzos como muestra de la miseria de los pobres enfermos, frente a las botas de los militares.