viernes, 5 de enero de 2024

 EL PIE Y LA PASION DE CRISTO EN LA PINTURA

CRUCIFIXIÓN 

Manuscrito de Rábula.

Rabula-Evangelium, Szene: Kreuzigung. Meister des Rabula-Evangeliums. 586. Pergamino altura: 33,5 cm; ancho: 25,5 cm. Biblioteca Medicea-Laurenziana, Florenz. (ver)


Se trata de un manuscrito del Evangelio, escrito en lengua siria antigua o lengua pesita, pintado por el escriba Rábula en 586, para el convento hoy desaparecido, de san Juan de Zagba, en Mesopotamia. 

Investigaciones recientes sugieren que el manuscrito fue completado en el año 586 y posteriormente fue retocado parcialmente por restauradores, y unido con miniaturas de otras fuentes en los siglos XV o XVI.

Está considerado como una de las mejores obras Bizantinas producidas en Asia, y uno de los primeros manuscritos cristianos con grandes miniaturas.

La historia del manuscrito después de su redacción es desconocida hasta el siglo xi, cuando estuvo en Maipuc-Biblos, Líbano.  A finales del siglo xiii o principios del siglo xiv llegó al monasterio de Quannubin en el Valle de Qadisha. 


A finales del siglo XV o principios del XVI, el manuscrito fue llevado por el Patriarca maronita (ver) a la Biblioteca Laurenciana de Florencia, donde se encuentra actualmente. El manuscrito ha servido durante la Edad Media como registro de los patriarcas maronitas.  

Biblioteca Laurenciana de Florencia (ver)


La escena de la crucifixión aparece encima de las de la visita al sepulcro y la aparición de Cristo resucitado.

Pero no está mostrando un Cristo resucitado, dado que la escena siguiente representa la resurrección, con el motivo, también descriptivo, de la aparición de Cristo a las dos Marías tras el anuncio del ángel.

Detalle de la escena inferior de la Resurrección

La escena superior representa el Calvario con un Cristo crucificado sobre una cruz que domina a la de los ladrones. 

Detalle de la escena superior del Calvario

Su rostro lo inclina suavemente sobre el lado derecho, circundado por un gran nimbo. Sus ojos abiertos, como “Cristo vigilante”, sin ninguna huella de sufrimiento en el rostro. Tiene barba corta y una melena más abundante que los Cristos alejandrinos y más discreta que los barbados Cristos bizantinos tras la aparición del rostro de Edesa (ver). El cuerpo en posición recta, fijo a la cruz por cuatro clavos dorados. Una larga túnica como suntuoso “colobium” violeta, bordeado por dos largas bandas de oro, lo cubre casi por completo, muy distinta del escueto taparrabos con que lo representa el mundo romano o del perizoma bizantino.

La intencionalidad narrativa que se deja ver en los dibujos de Rabbula, nos aleja de la posibilidad de comprender este Cristo de ojos vigilantes desde una óptica monofisita, herejía que perduró en Siria y Alejandría aún después de Calcedonia, según la cual Cristo no sufrió en la cruz porque en realidad carecería de naturaleza humana, la única susceptible de sufrimiento físico. Más bien la crucifixión comenzó a ser representada para expresar dicha humanidad a partir de las controversias sobre la naturaleza humana y divina de Cristo.

Detalle de Jesús

Es la primera ocasión histórica en que encontramos a Longinos que clava su lanza en el costado de Cristo, de donde sale sangre y agua, como símbolos de la Eucaristía y del Bautismo, y manifestación de que Cristo continua vivo después de muerto.

El “colobium”, abierto lateralmente, deja ver el pecho atravesado por un porta-lanza que una inscripción designa como Longinos, que clava la lanza en lugar de romperle las piernas, confirmándose la profecía: “No le quebraran ni un hueso” (Ex. 12,46), “Mirarán al que traspasaron (Zac 12:10). Curiosamente, el autor escribe solamente el nombre de Longinos y no el de los otros personajes.

Detalle de Longinos

A la izquierda de Jesús aparece Stephaton, con su porta-esponja y un cubo. La presencia en la representación de los dos personajes Longinos y Stephatón a ambos lados de la cruz, uno con la lanza y el segundo con la esponja sobre una caña, es también aportación siríaca a la iconografía cristólógica, personajes que a partir de aquí estarán presentes en todas las representaciones de la crucifixión hasta el Cristo de San Damián y en el gótico. 

Detalle de Stephatón

Los ladrones cubiertos solo con un “perizonium”, atado el busto a la cruz y clavos en manos y pies. El ladrón izquierdo inclina la cabeza hacia Cristo, el ladrón derecho mira a Cristo con arrogancia.

No hay la preocupación simbólica que aparecerá en el mundo bizantino, donde el ladrón no arrepentido volverá la cara para no mirar a Cristo y donde los salvados mostrarán su rostro completo.

Los dos ladrones no se contemplan en los evangelios canónicos, sino en el Evangelio apócrifo de Nicodemo (10:1): “Y Jesús salió del Pretorio y los dos ladrones con Él. Y cuando llegó al lugar que se llama Gólgota, los soldados lo desnudaron de sus vestiduras y le ciñeron un lienzo, y pusieron sobre su cabeza una corona de espinas y colocaron una caña en sus manos. Y crucificaron igualmente a los dos ladrones a sus lados, Dimas a su derecha y Gestas a su izquierda”.

Detalle de Dimas
Detalle de Gestas

El crucificado tiene la cabeza girada hacia el lado derecho, pues mira al discípulo y a la Virgen, aureolados con un gran nimbo. Se trata de una representación descriptiva de los hechos acontecidos momentos antes de su muerte, en que Jesús encomienda respectivamente a Juan y a María ser hijo y ser madre.

La ubicación de dos de los personajes (María y Juan) que aparecen en la escena de la crucifixión, juntos, al mismo lado derecho de Cristo, es algo extraño en la iconografía bizantina y en la iconografía europea, incluso también en muchas otras representaciones de la crucifixión que se dibujan en el Oriente Medio.

La imagen más común representa a Cristo Crucificado en el medio, a María a su derecha y a Juan a su izquierda, en un esquema llamado Deesis (ver), con una intencionalidad teológica en la que ambos personajes interceden ante Cristo por el orante. 

Detalle de La Virgen y san Juan

Al lado tres espectadores. Al pie de la cruz tres soldados practican el juego mediterráneo conocido como de la “mora” y echan suertes sobre la túnica de Jesús.

Detalle de los tres espectadores
Detalle de los soldados a los pies de la cruz

El sol y la luna encuadran la escena, el sol a la derecha y la luna a la izquierda, simbolizando  las tinieblas que rodearon la tierra, en el momento de la muerte. 

Detalle del Sol y la Luna