viernes, 3 de enero de 2025

 PATOLOGIA DEL PIE EN LA PINTURA

Pie cavo

Adoración de los pastores. Fray Juan Bautista Maíno.

Adoración de los pastores. Fray Juan Bautista Maíno. 1612-1614. Óleo sobre lienzo. 314,4 x 174,4 cm. Museo del Prado. Sala 0099B. (CC BY 3.0)

Juan Bautista Maíno, firmó el 14 de febrero de 1612, en Toledo, el contrato de realización de las pinturas del retablo mayor de la Iglesia Conventual de San Pedro Mártir, con el compromiso de terminarlas en el plazo de ocho meses, pero la obra no estuvo  finalizada hasta diciembre de 1614, y en ese intervalo ingresó en la Orden y en el propio convento, donde profesó el 27 de julio de 1613.

Siguiendo con fidelidad el evangelio de san Lucas (Lc 2: 7-14), esta obra alude al momento en que un grupo de pastores y ángeles contemplan y veneran al Niño Jesús recién nacido.

La pintura se sitúa en un edificio en ruinas, el cielo con tonos anaranjados muestra un atardecer.

La composición se divide en tres niveles:

En el centro se observa a San José, el niño Jesús, envuelto en telas blancas, y la Virgen María, que resalta en la pintura debido a sus ropas de un vívido color azul.

Detalle de San José, el niño Jesús y la Virgen María

En la parte superior se encuentra tres ángeles mirando al niño.

Detalle de los ángeles

Finalmente, en la parte inferior, dos pastores jóvenes están sentados en el suelo, sin dirigir la mirada a Jesús.

Detalle de los pastores

Uno de los pastores tañe un aerófono y nos muestra unos pies desnudos cuya suciedad marca un podograma de pie cavo.


Detalle del pastor que tañe el aérofono

Detalle de la planta de pie cavo


Esquema de podograma de pie cavo

Por Andrés Carranza Bencano

 PATOLOGIA DEL PIE EN LA PINTURA

Pie cavo

Patrocles. Jacques Louis David.

Patrocles. David, Jacques Louis. 1780. Óleo sobre lienzo. 122 x 170 cm. Musée Thomas Henry. Cherbourg. France. (CC BY 3.0)

Patroclo es una figura de la mitología griega que luchó en la Guerra de Troya, descrita en la Ilíada de Homero, y es famoso por su estrecha amistad con el héroe griego Aquiles.

Patroclo mató a algunos troyanos, entre ellos a Sarpedón, hijo de Zeus, antes de toparse con Héctor, que es ayudado por Apolo. 

El dios, envuelto en una nube, lo golpeó en la espalda y posteriormente Euforbo, hijo de Panto, lo hirió de nuevo en el mismo lugar y huyó.

Finalmente, Héctor dio muerte a Patroclo y lo despojó de sus armas. 

Menelao y Áyax el Grande protegieron su cuerpo y se lo entregaron a Aquiles, quien decidió retomar las armas para vengarlo, venciendo y matando a Héctor.

Tetis, madre de Aquiles, dio de beber a Patroclo néctar y ambrosía para evitar que su cadáver se corrompiera.  

A la mañana siguiente, Aquiles ordenó construir una pira funeraria para Patroclo, se cortó un mechón de la cabellera y sacrificó bueyes, corderos, perros y caballos, así como a doce jóvenes nobles de Troya.

La obra "Patroclo", de Jacques-Louis David, se erige como una poderosa manifestación del neoclasicismo, un período que promovió el regreso a los valores de la antigüedad clásica y que reclamó una forma de arte caracterizada por la claridad, el orden y la racionalidad.

La elección de una temática basada en la Ilíada de Homero subraya la importancia de los valores abarcados por la antigua Grecia, como el honor y la amistad.

En la composición, la figura central es, naturalmente, Patroclo, que yace caído en el campo de batalla tras su enfrentamiento con el guerrero Héctor, símbolo de la lucha y la gloria de la antigua Grecia.

La escena, que parece detenerse en el momento crucial de la pérdida, refleja el patetismo de la experiencia humana.

La musculatura del cuerpo de Patroclo, expuesta con precisión anatómica, es un testimonio de la habilidad de David para capturar la esencia del cuerpo humano, hecho que resuena con su formación en el estudio de la escultura clásica.

Los personajes adicionales son prácticamente invisibles y se presentan como sombras, lo que sugiere el aislamiento de Patroclo en su momento de desfallecimiento. 

Esta elección consciente por parte de David genera una atmósfera de desolación, involucrando al espectador al recordarle la soledad que acompaña a la muerte en combate, dejando resonar un eco de la heroica pero trágica condición humana.

Así, Patroclo no solo se presenta como un estudio del cuerpo humano y una magistral obra de arte, sino como una reflexión profunda sobre la vida, la muerte y los lazos que definen nuestra humanidad.

Detalle de la planta de los pies

En primer plano destaca la planta de los pies que constituyen un verdadero podograma de un pie cavo con sobrecarga de antepie.

Por Andrés Carranza Bencano