SIMBOLISMO DEL PIE EN LA PINTURA
San Pedro Penitente. Bartolomé Esteban Murillo.
San Pedro penitente.
Murillo, Bartolomé Esteban. Hacia 1675. Óleo sobre lienzo. 155 x 210 cm.
Fundación Fondo de Cultura de Sevilla (Focus).
Es muy probable
que esta pintura fuera encargada por el canónigo de la Catedral de Sevilla Justino
de Neve, estrecho amigo y mecenas de Murillo. En su testamento, fechado en
1685, dispuso que la obra fuera donada al Hospital de los Venerables. Sin
embargo, contrariamente a su voluntad, no fue ubicada en la enfermería, sino en
un altar al pie de la iglesia. Allí se conserva todavía su marco original,
tallado en madera dorada y calada, integrado en un retablo que presenta los
símbolos papales (las llaves y la tiara) entrelazados con dos palmas, emblemas
del martirio.
Durante la ocupación napoleónica, en 1810, el lienzo fue saqueado y trasladado a París, donde formó parte de la colección del Mariscal Soult.
Tras la muerte de este en 1851, la obra fue vendida y enviada al Reino Unido, donde permaneció en colecciones privadas durante más de siglo y medio, fuera del alcance del público. Solo era conocida a través de una fotografía publicada por Diego Angulo en la década de 1970.
En 2011, gracias a la labor de Gabriele Finaldi, la pintura fue redescubierta y exhibida en la muestra "Murillo y Justino de Neve: el arte de la amistad", organizada por el Museo del Prado, la Fundación Focus y la Dulwich Picture Gallery.
En 2014, en un destacado esfuerzo de recuperación
patrimonial, Abengoa la adquirió y la cedió en depósito a su Fundación para
incorporarla a la colección permanente del “Centro Velázquez”.
Antes de su
exposición pública, la obra fue sometida a un minucioso proceso de estudio
técnico y restauración en el Museo Nacional del Prado, donde se lograron
recuperar tanto la riqueza cromática como las transparencias originales,
devolviendo a la pintura toda la vitalidad de su pincelada.
El proceso
creativo de esta obra se vincula también a un dibujo conservado en el British
Museum de Londres, de notable calidad, que presenta algunas variaciones
respecto a la composición final, como la disposición de la figura de San Pedro
o la inclusión del gallo. Este estudio pudo haber servido como etapa intermedia
entre la estampa original y la versión definitiva.
En esta obra,
Murillo acusa la influencia de José de Ribera, especialmente de una estampa
fechada en 1621 atribuida al artista valenciano, cuya visión severa y dramática
es reinterpretada por Murillo en un tono más humano y sereno.
En los
evangelios de Mateo (Mt 26:33-35), Marcos (Mc 14:29-31), Lucas (Lc 22:33-34) y
Juan (Jn 18:15-27) se relatan las negaciones de Pedro a Jesús. Estas negaciones
suceden después de que Jesús predice, durante la Última Cena, que Pedro lo
negaría tres veces antes de que el gallo cantara. Los relatos difieren ligeramente
en detalles, pero coinciden en que Pedro, ante el temor y la presión, negó conocer
a Jesus, y que al oir el canto del gallo, salió fuera y lloró amargamente.
El tema de San
Pedro penitente o en lágrimas fue particularmente relevante en la España del
Siglo de Oro, ya que, en el contexto de la Contrarreforma, servía como poderosa
herramienta visual para exaltar el arrepentimiento, la confesión y la penitencia,
caminos hacia la redención del alma.
En la escena, San Pedro aparece al amanecer, sumido en
el dolor por haber negado a Cristo. Sentado ante una gruta, apoya un brazo
sobre una roca, entrelaza las manos con fuerza y eleva la mirada al cielo con
expresión de súplica y contrición.
Detalle
del rostro y de las manos de san Pedro
Detalle
de las manos
Detalle
del rostro
Detalle
del libro
Detalle
de las llaves
Llama la atención el tratamiento de sus
pies descalzos, que presentan la morfología conocida como “pie griego” y una
ligera deformidad compatible con hallux
valgus.
Los pies desnudos son símbolo de humildad y al mismo tiempo simbolizan el estatus divino, pues andar
descalzos requería una resistencia sobrehumana al dolor.
Detalle
de los pies
Detalle del
pie derecho
Por Andrés Carranza Bencano