martes, 26 de julio de 2022

 SIMBOLISMO DEL PIE EN LA PINTURA

Schoenen. Vincent van Gogth


El lienzo simplemente muestra a dos viejas botas, consumidas y desgastadas, vistas de frente con los cordones sueltos y situadas en el suelo, que tiene una tonalidad amarillenta por el potente foco de luz que ilumina al par de zapatos.

Posiblemente la escasez económica en que se desenvolvía Van Gogth, motivara la carencia de modelos con los que trabajar y lo obligara a utilizar sus objetos personales para sus composiciones, con lo que logró encontrar la belleza de lo cotidiano.

Sin embargo, a pesar de la aparente banalidad, el cuadro representa una de las obras más icónicas del artista holandés, pues contiene una lectura que abarca niveles artísticos, afectivos, estéticos, políticos e incluso filosóficos y constituye un tema de discusión entre los amantes del arte, que se preguntan sobre su procedencia y la intención que tuvo el autor al pintarlos.

Martin Heidegger, tras contemplarla en Ámsterdan escribió el ensayo “El origen de las obras de arte” y consideró que el calzado representaba las botas desgastadas y rotas de una campesina, con las que el artista quería reflejar el esfuerzo del trabajo. 

El historiador de arte Meyer Shapiro consideró que los zapatos serían de un ciudadano urbano y que el pintor pretendió autorretratase metafóricamente a través de ellos.

El filósofo francés Jacques Derrida planteó que eran dos zapatos diferentes porque pertenecían a pares distintos.

Consideramos que no estamos ante dos simples zapatos o ante una simple muestra de la belleza de lo cotidiano, sporque están llenos de vida y reflejan las alegrías y sufrimientos de quien los calzó durante miles de pasos y son además el esfuerzo de quien los pintó y los consideró dignos de protagonizar un lienzo.

A mí me hace pensar  en Antonio Machado, en sus “Proverbios y cantares”

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.