EL PIE Y LOS CRUCIFICADOS DE SEVILLA
Santísimo Cristo de la Exaltación. Iglesia de santa Catalina
En la Iglesia de santa Catalina (ver), el Cristo de Expiración
ostenta el título de Santísimo Cristo. Cristo es la traducción griega del
hebreo “Maschiah”, epíteto que significa “el ungido del Señor”. El Superlativo
“Santísimo” insiste en el carácter sagrado de Jesús por partida doble, al
entenderse que en Él coincide santidad del ser y de la acción.
La Sagrada Imagen está
atribuida al círculo de Pedro Roldán, según algunos autores al mismo escultor,
ya que no se incluye en el contrato de ejecución del paso que Luis Antonio de
los Arcos (escultor) y Cristóbal de Guadix (entallador) firmaran el 13 de junio
de 1678.
De Luis Antonio de los Arcos y
su esposa “la Roldana” iniciaron la elaboración de la imagen
pues se sabe que talló las figuras de los dos ladrones y los cuatro ángeles de
las esquinas del paso de misterio.
La marcha de
Luis Antonio de los Arcos a Cádiz , en el año 1687, junto con su esposa Luisa
Roldan “La Roldana”, dejó el conjunto inacabado.
Por ello el propio Pedro Roldán, suegro de
Luis Antonio y padre de Luisa culminaría
el encargo por lo que se le atribuya la ejecución
del “Cristo”. No obstante, y a pesar del correcto trazado de la anatomía y las
formas, se aprecia cierta blandura en ellas, que hace pensar también en la
intervención de otros integrantes del taller.
Se trata de una escultura
realizada en madera de cedro policromada, de 1,77 metros de altura, que
representa el momento en el que Cristo, clavado ya en la cruz, es levantado
para su fijación vertical en el suelo.
Con el rostro girado hacia la
izquierda, los labios entreabiertos y la mirada perdida al cielo, la imagen
estilísticamente responde a la estética del barroco sevillano del último
cuarto del siglo XVII.
El “Cristo”
se fija a la cruz con tres clavos y el paño de pureza, sujeto por una cuerda
(cordífero), se abre por el lado derecho permitiendo contemplar la total
desnudez de la figura por este lateral.
Los pies fijados con un solo
clavo, el pie derecho sobre el izquierdo.
El modelo inspirador del taller
de Roldán quizás fuese el cuadro de Rubens sobre el mismo tema, conservado en
Amberes.
Pues efectivamente, en el paso de misterio, Cristo crucificado se
levanta para expresar el momento de ser exaltado; dos judíos elevan la cruz
amarrada con cuerdas, otro hace el agujero para introducirla, mientras que otro
ayuda en el trabajo; los ladrones se sitúan al lado de la cruz, completándose
el conjunto con dos soldados, uno a caballo portando el pergamino con la
sentencia y el otro, a pie, sosteniendo las bridas del animal.
Los soldados romanos son de factura posterior, quizás de este siglo y
los dos expresivos caballos son obra de Juan Abascal Fuentes en 1960
Como curiosidad histórica, el
14 de Septiembre de 1800, día de la Exaltación de la Cruz, y debido a la gran
epidemia de fiebre amarilla que arrasaba la ciudad salió en Procesión de
Rogativas por las calles de Santa Catalina.
La imagen fue
restaurada en el año 1981 por Ricardo Comas Fagundo que lo volvió a
restaurar en 1996 y entre 2007 y 2008 fue sometida a un largo
proceso de restauración por Pedro Manzano Beltrán, a fin de atajar problemas
estructurales y de pudrición parda que afectaban a la talla en gravedad.
La advocación de Exaltación
no puede ser considerada como nombre sino más bien como titulación narrativa.
Su origen es evangélico, aunque su formulación se deba en gran medida a
prácticas piadosas y a la literatura del mismo tipo. Emana del Concilio de Trento, que acepto la
"Crux Inmissa" o "Capitata" como la auténtica Cruz en la que murió el Redentor.
Esta versión fue difundida
rápidamente por el orbe católico gracias a los escritos del Cardenal Borromeo y
a la eficaz intervención jesuítica.
La Exaltación de la Santa Cruz es una importante fiesta de la Iglesia Católica, compartida por la Iglesia Ortodoxa, que se celebra el 14 de septiembre, conmemorando el aniversario de la consagración, en el año 335, de la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén. Se tiene constancia de la celebración de esta fiesta desde el siglo IV, por lo que se remonta a las primeras épocas del cristianismo.