lunes, 6 de enero de 2025

,SIMBOLISMO DEL PIE EN LA PINTURA

Bautismo de Cristo. Piero della Francesca.

Bautismo de Cristo. Piero della Francesca. 1450. Temple sobre tabla. 167 x 116 cm. National Gallery de Londres. (CC BY 3.0)

La obra fue encargada por la familia de los Montefeltro para su capilla, en la iglesia de San Juan en Borgo San Sepolcro en la Toscana, para ocupar la parte central del altar. En 1807, la abadía de San Sepolcro fue abolida y la obra pasó a colocarse en la catedral de la ciudad, y en 1861 la pintura fue adquirida por la Galería Nacional de Londres, donde permanece actualmente.

Según la Biblia, Jesús recibió el bautismo, a la edad de 30 años, por Juan el Bautista, quien predicó la venida del Reino de los Cielos y predijo la aparición del "Más fuerte de mí".

Para ello, Jesús fue de Galilea al río Jordán, donde estaba Juan. Al principio Juan no quería bautizarlo, y le dijo: “Yo debería ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Jesús le contestó: Déjalo así por ahora, pues es conveniente que cumplamos todo lo que es justo ante Dios”. (Mt 3:14-17).

La obra representa la escena del momento en el que Juan vierte el agua sobre el Mesías, al tiempo que aparece la paloma, símbolo del Espíritu Santo, y se oye la voz de Dios diciendo: " Este es mi Hijo amado en quién me complazco” (Mt 3:16-17).

El bautismo simboliza la humildad de Cristo que se somete a los mandatos del padre y siendo Dios se somete al bautismo como cualquier mortal y con esta acción da comienzo su vida pública cuyo final será la Crucifixión.

Para el cristiano el bautismo es la fuente de purificación del pecado original y la iniciación de una nueva vida.

El personaje central de la obra es Jesucristo, que muestra una postura serena, sus palmas están dobladas en un gesto de oración, sus ojos están distantes y su mirada al cielo, y toda la figura expresa paz y concentración. Sobre él una paloma blanca extiende sus alas, simbolizando el Espíritu Santo. La presencia de Dios Padre se representa con una fina capa de rayos dorados encima de la paloma.

Detalle de Jesús y la paloma

San Juan Bautista, a su izquierda, realiza el rito extrayendo un poco de agua del río en un recipiente. y precisamente el punto de tensión o clave del cuadro está definido por el cuenco humilde de cerámica que lleva en la mano Juan Bautista, con el que derrama agua sobre la cabeza de Jesús. 

Detalle Jesús y el Bautista

Detalle del bautismo

Acompañan a Jesús y el Bautista, debajo del árbol, tres ángeles, dos de ellos llevan coronas hechas, una con rosas y la otra con algo que parece romero.

Cada uno de los ángeles tiene un peinado, color, vestiduras y pose distintos, lo que refuerza simbólicamente la presencia de la Santísima Trinidad.

Los tres ángeles, no sostienen los vestidos de Cristo, sino que se agarran la mano, en señal de concordia. 

Muchos críticos ven en ellos las celebraciones tenidas en aquellos años en Florencia para la unificación de la iglesia occidental con la oriental, en el Concilio Ecuménico celebrado en 1439 (uno de los temas más discutidos fue el de la Trinidad en la que había tenido un papel distinguido el camaldulense Ambrogio Traversi), fecha en la que el pintor se encuentra en la capital de la Toscana.

Detalle de los ángeles

En un tercer plano, observamos a un neófito o catecúmeno, que se está desvistiendo, por lo que su cara esta oculta por la ropa, para recibir el rito iniciático del bautismo entrando en el agua.

Los catecúmenos se preparaban para este acto después de haber aceptado los preceptos de la religión cristiana y con el bautismo se convierten en miembros de la Iglesia.   

Probablemente, el artista lo describió como un símbolo de la continuidad del bautismo del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento. También existe la opinión de que esta figura apareció en el lienzo para equilibrar la composición en su conjunto.

Detalle del catecúmeno

En un cuarto plano, detrás y parcialmente cubiertos por el catecúmeno, observamos a unos dignatarios vestidos con trajes bizantinos, uno de ellos señala, con la mano, al Espíritu Santo  descendiendo sobre Cristo, bajo el aspecto de una paloma que despliega sus alas, pudiendo ser una prefiguración de la cruz.

Según Roberto Longhi, “Estos personajes serían sacerdotes judíos contemporáneos del Cristo”. Para André Chastel “En realidad son testigos bizantinos directamente tomados de los grupos reunidos en Florencia para el Concilio... ellos aportan así la prueba de que hay un solo bautismo puesto que estos personajes son griegos. Griego o latino, el bautismo es idéntico y también válido”. 

Detalle de los dignatarios vestidos con trajes bizantinos

Es una pintura al aire libre que realiza la unión del paisaje y de los personajes. El paisaje se ha identificado como propio de la región de Umbría, en las cercanías de Sansepolcro donde el pintor nació y vivió la mayor parte de su tiempo.

Llama la atención que el artista presta gran dedicación a detalles secundarios como las hojas de los árboles y el reflejo de las montañas en el agua, fruto de la observación de la naturaleza. Hay que precisar que el tronco del árbol y las orillas del río no conservan sus colores originales, al haber sido sometidos a una gran limpieza, de modo que el tono actual corresponde a una capa pictórica inferior, que quedó al descubierto al eliminarse las capas finales.

Es importante el detalle de las aguas del rio Jordán, que discurren debajo de Cristo. El río traza una "S" invertida, como representación simbólica de purificación.

Detalle de la "S" invertida del rio Jordán

Simbólicamente, tanto Cristo como San Juan apoyan sus pies en tierra firme como forma de vincular a Cristo con el mundo terrenal.

Detalle de los pies de Cristo y de san Juan

Por Andrés Carranza Bencano