EL PIE Y LA PASION DE CRISTO EN LA PINTURA
JUICIO
Cristo ante Caifás. Juan van Noort.
Juan de Noort (1587-1652)
fue un grabador calcográfico de origen flamenco, natural de Amberes, pero
establecido en Madrid donde falleció el 13 de junio de 1652.
La estampa representa a “Jesús
de Nazaret “cuando es llevado ante el sumo sacerdote judío Caifás, quien
instigaría a Poncio Pilatos, gobernador romano de Judea, para que fuera condenado
a muerte (Mateo 26:57-68; Marcos 14:53-65; Lucas 22:54, 63-65; Juan 18:13, 14,
19-24)
Los que prendieron a
Jesús lo llevaron ante Anás que tras interrogarlo lo envió atado a Caifás, que
era el sumo sacerdote, de la secta de
los saduceos, casado con una hija de Anás, su antecesor en el cargo.
En la casa de Caifás ya
están reunidos todos los miembros del Sanedrín (se citaban 71 personas): el sumo sacerdote actual, los ancianos
del pueblo y los escribas.
En la Judea romana, la ley judía seguía vigente
gracias a la existencia del Sanedrín, el alto tribunal que se encargaba de
mantener vivas las esencias judías, que ni los invasores romanos fueron capaces
de hacer desaparecer.
Los
miembros del Sanedrín estaban buscando testigos que aportaran pruebas falsas
para montar una acusación contra Jesús. Pero los testimonios de estos testigos no coinciden,
hasta que dos de ellos afirman: “Nosotros le oímos decir: Yo derribaré este
templo que fue hecho por la mano del hombre y en tres días levantaré otro que
no estará hecho por la mano del hombre”. (Marcos 14:58).
Caifás le pregunta a Jesús: “¿No
respondes nada? ¿Qué hay de lo que estos hombres testifican contra ti?” (Marcos
14:60), pero Jesús se queda callado.
Y el sumo sacerdote le dijo: “Te ordeno que nos digas bajo juramento delante del Dios vivo si tú eres el Cristo, el Hijo de Dios” (Mateo 26:63). Y Jesús le contestó: “Lo soy. Y ustedes verán al Hijo del Hombre sentado a la derecha del poder y viniendo con las nubes del cielo” (Marcos 14:62).
Al oír eso, Caifás se rasga la ropa con un gesto dramático y exclama: “Ha blasfemado. ¿Para qué necesitamos más testigos? Miren ustedes acaban de oír la blasfemia. ¿Cuál es su opinión?”. Entonces el Sanedrín dicta la injusta sentencia: “¡Merece morir!” (Mateo 26:65-66).
No
obstante, este tribunal no tenía autoridad, durante la ocupación romana, para
dictar sentencias de muerte, de ahí que la participación de Pilatos en el
proceso, que acabó en la condena de Jesús, fuera necesaria.
Entonces, cuenta Mateo (Mt
26:57-75), le escupieron a la cara y empezaron a darle puñetazos y bofetadas,
por turnos. Como le habían vendado los ojos, podrían reírse de él: “Ahora haz
de profeta, Cristo, adivina quién de nosotros te acaba de golpear” (Lucas
22:64). Incluso a través de la venda más espesa, hasta con los ojos bajos y
llenos de lágrimas Jesús sería capaz de responder a sus preguntas, pero ha
decidido no responder, dejar que el juego continúe. Y precisamente porque Él se
comporta serenamente, sin reaccionar, los golpes le llueven encima, cada vez
más duros y violentos.
En la estampa de Noor,
Caifás aparece levantado de su silla, entre jóvenes portadores de antorchas y
rodeado de curiosos, en el momento en que se rasga las vestiduras.
Caifás se dirige a Jesús, maniatado por tres sicarios.
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