PATOLOGIA DEL PIE EN LA PINTURA
Enfermedad de Haglund
Martirio de san Felipe. José de Ribera
Es una de las mejores obras de José Ribera, pintada por encargo del rey
Felipe IV y actualmente colgada en el museo del Prado, pero anteriormente
expuesta en el desaparecido Palacio del Buen Retiro.
Durante mucho tiempo fue conocido como el “Tormento de san Bartolomé”, a
pesar de no estar representado el cuchillo alusivo a que fue desollado vivo y
que constituye el elemento iconográfico característico de la imagen de san
Bartolomé. En 1953 la historiadora de arte Delphine Fitz Derby terminó por
identificar al mártir como san Felipe.
Según “La Leyenda Dorada”, compilación de vidas de santo del siglo XIII,
el apóstol Felipe predicó el Evangelio en Escritia y fue crucificado, a los 87
años, en la ciudad de Hierapolis, amarrado con cuerdas al travesaño de la cruz,
no fijado con clavos como Jesucristo.
La escena muestra la preparación para su crucifixión, San Felipe, desnudo,
está siendo subido a la cruz por tres sayones (verdugos que
ejecutaba las penas a que eran condenados los reos), ante un grupo de
infieles.
San Felipe es representado como un personaje del pueblo sin presentar el
aspecto de 87 años que le atribuyen las fuentes hagiográficas, sino como un
hombre de mediana edad y de fuerte complexión, tremendamente musculado, por lo
que pudo usar como modelo a uno de los estibadores del puerto de la ciudad
italiana de Nápoles o a alguna persona cercana.
Su rostro muestra resignación, en actitud de abandono, explayando sus
largos miembros y mirando al cielo, como implorando la ayuda divina. Es un rostro muy realista, con un gran
dramatismo y una gran fuerza mística, representando con gran crudeza el
sufrimiento en su doble vertiente, la física con el dolor de su martirio y la
psíquica por la resignación ante su destino a causa de su fe.
Ribera
emplea el escorzo de manera violenta, para dar sensación de profundidad, y
realiza un gran estudio anatómico, marcando la caja torácica al estar los
brazos elevados.
Dentro del dramatismo de la
escena, destacan los grupos de personas, más alejados, que la observan desde
ambos lados. Los de la derecha parece curiosos que la comentan. Los de la izquierda parecen ajenos a lo que
sucede, pero hay una mujer, con un niño en brazos, que mira hacia al espectador
produciendo una sensación de ternura frente la crueldad del conjunto de la
escena, y es posible que sea una alegoría a la Caridad Cristiana.
La escena se desarrolla al aire
libre, las figuras reciben la luz del sol y el tono azul del cielo ocupa una
parte importante del cuadro, lo que hace que todos los personajes se concentren
en la parte inferior, acentuando el dramatismo del martirio y llevando a los
espectadores a concentrar la atención o dirigir la mirada a esa parte del
cuadro, como testigos de la escena, y sobre todo al cuerpo y la cara de san
Felipe por sus colores claros y su luminosidad
Destaca el contraste del color rojo del ropaje del sayón de la derecha con
el azul de cielo y predominan colores como el marrón, el verde, el gris y el
amarillo en tonalidades oscuras. Con ello, es una obra menos “caravagista” y de más influencia veneciana
El cuadro quiere expresar el mensaje de la lucha de
los primeros cristianos y la fortaleza con la que se enfrentaban a los enemigos
de la fe, en un momento histórico de las luchas entre católicos y protestantes,
entre la Reforma y la Contrarreforma. Esta firmado y fechado sobre la piedra
del ángulo inferior derecho.
Tampoco están libre de belleza y realismo las figuras de los sayones,
destacando el esfuerzo fisco que realizan para izarlo al travesaño de la cruz.
Un tercero, en el lado derecho del cuadro ayuda a elevarlo sujetando a San
Felipe por una pierna y el situado en el lado izquierdo muestra un talón con la
enfermedad de Haglund.
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