EL PIE Y LA PASION DE CRISTO EN LA PINTURA
LAMENTACIÓN SOBRE CRISTO MUERTO
Llanto sobre Cristo muerto. Anónimo flamenco. Museo de Bellas Artes.
Llanto sobre Cristo muerto. Anónimo flamenco (Maestro de
las Medias Figuras). Hacia 1550. Óleo sobre lienzo. 115 x 148,5 cm. Museo de
Bellas Artes. Sala II. Procede de la Desamortización de 1845
Muy apreciable es la colección
de maestros menores flamencos del siglo XVI que posee el Museo, siendo la mayor
parte de ellos de notable calidad dentro de su orden secundario. En ocasiones
el buen nivel de las pinturas permite atribuirlas a algún artista concreto o en
todo caso al círculo de sus más inmediatos seguidores.
En la pintura flamenca de la primera mitad del siglo
XVI destaca, por su definida personalidad, un artista anónimo al que se
denomina "Maestro de las medias figuras".
Otto Benech intentó relacionar a este Maestro con el
pintor de Brujas Hans Vereycke aunque esta propuesta no ha sido unánimemente
aceptada.
Detalle
sin marco
El grupo de la Virgen de la Piedad se compone,
estrictamente, de dos personajes: María y su Hijo desclavado de la cruz, cuyo
cuerpo inanimado ella sostiene sobre las rodillas. Pero, a veces ocurre que la
Virgen esté rodeada o enmarcada por san Juan, Magdalena, las tres Marías e
incluso por los donantes; pero casi siempre está sola con el cadáver de su
Hijo, y esta concentración refuerza el poder emotivo del tema. Así es como se
distingue de la escena de la Lamentación al pie de la Cruz (Beweinung Christi)
que comporta numerosas figuraciones.
El grupo se desarrolla en la dimensión
horizontal, crece en ancho. El cadáver de Cristo está dispuesto
horizontalmente, como el cuerpo de un nadador que flota de espaldas, con la
herida del costado bien visible.
Detalle de la cara de Jesús
Detalle de los pies de Jesús
Esta escena, que se intercala entre la
Deposición de la cruz y el Enterramiento no está relatada en ninguno de los
Evangelios. Y es desconocida en el arte cristiano primitivo.
Fue en el siglo XII cuando apareció,
por la influencia de las meditaciones de los místicos, salvo que se haya
inspirado simplemente en el rito popular de las Lamentaciones fúnebres que
perdura hasta hoy en el oriente mediterráneo.
Los himnógrafos de esa época
atribuyen a la Virgen lamentos desgarradores: “Permite a tu madre besar tu
diestra. Oh, amada mano que he tenido tantas veces, a la que me aferro como la
hiedra al roble. Oh, queridos ojos, y tú, boca bien amada.”
El
dolor maternal de María se expresa de la manera más conmovedora. En las Grandes
Horas de Rohan (siglo XV), quiere echarse sobre el cadáver de su Hijo; San Juan
la coge por medio del cuerpo para impedírselo. 
Detalle de la Virgen
Alrededor del muerto, extendido sobre
la piedra, se muestran a José de Arimatea, a la cabeza, y Nicodemo, a los pies,
se lamentan la Virgen, San Juan, la Magdalena y las Santas mujeres. 
Detalle de José de Arimatea
Detalle de Nicodemo
Detalle de san Juan
Detalle de la Magdalena y las Santas Mujeres
Por Andrés Carranza Bencano




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