SIMBOLISMO DEL PIE EN LA PINTURA
Baile en la taberna. Manuel Rodríguez Guzmán.
Baile en la taberna. Rodríguez
de Guzmán, Manuel. 1854. Óleo sobre lienzo. 62,5 x 83 cm. Museo de Bellas Artes
de Sevilla. Sala XII.
La escena se desarrolla en el interior de una
taberna oscura y rústica con techumbres de madera y paredes desconchadas. La
iluminación se realiza desde la ventana, y la intensidad de la luz va
decreciendo hacia los extremos y el fondo del cuadro.
La composición se centra en un grupo de personajes que cantan,
bailan y beben alrededor de la bailaora, figura femenina protagonista de la
escena y por tanto ampliamente iluminada.
Baila de frente al espectador, sujetando con una mano uno de los
volantes de su vestido, de color rosa pálido, mientras que tiene la otra mano
esta elevada sujetando un sombrero.
A su derecha, junto a ella, figuran dos hombres en pie, ambos
visiblemente embriagados.
Uno de ellos, con aspecto desaliñado, parece estar cantando mientras
gesticula con las manos abiertas.
A su izquierda, junto a un barril, un grupo de hombres y mujeres
en diferentes actitudes y gestos beben y bailan y uno de ellos, sentado, toca
la guitarra.
Al fondo a la derecha, en semipenumbra y casi desdibujados,
figuran otros personajes que se ocupan de tareas cotidianas, y así uno de
ellos parece estar pendiente de un fogón donde se calienta un recipiente con
comida.
Llama la atención el detalle de la botella de vino rota junto a
la bailaora, que describe la importancia que ha tenido la juerga.
Todos los personajes están ataviados con trajes
típicos, ellos con sus sombreros llamados calañeses o catites (ver),
chaquetilla corta, faja y mantas serranas y ellas con vestido de volantes y
mantoncillos.
Los pies desempeñan un papel fundamental en el baile, son como
las raíces de una planta o los cimientos de un edificio, y al mismo tiempo de
su movimiento depende el arte, el compás y la elegancia del baile.
Por Andrés Carranza Bencano
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