viernes, 5 de agosto de 2022

 SIMBOLISMO DEL PIE EN LA PINTURA

Lamentaciones de Cristo Muerto. Andrea Mantegna


Nunca en la historia del arte se había mostrado la figura humana desde esta visión. La figura de Cristo se observa con los pies por delante mediante la utilización de un potente escorzo, generando una visión del cadáver que se abalanza violentamente sobre el espectador.

El cuerpo sin vida de Jesucristo aparece medio cubierto por una sábana blanca y apoyado en una losa de mármol, los tonos blanquecinos de estos elementos contribuyen a crear una sensación de patetismo, junto con el color, entre pálido y cetrino, que recorre la figura desde la cara a los pies, con una tonalidad macilenta.

El cuerpo parece deforme, porque al aplicar la proporción clásica, pero en la visión forzada de su violento escorzo, el vientre se hunde y el tórax se ensancha de una manera desproporcionada.  El resultado no es solo un efecto perspectivo absolutamente novedoso, sino una imagen de Cristo un tanto profana, privada de todo su halo de divinidad. De este modo la composición se muestra como un ensayo sobre el dolor y la contemplación de la muerte

Sin embargo, su rostro es sereno y su cabeza cae inclinada a la derecha con los ojos y la boca cerrados, imprime una sensación de sosiego y de paz interior

Un detalle que sorprende es la elección de poner los genitales de Jesús en el centro geométrico del cuadro.

En el margen izquierdo del cuadro aparecen tres figuras, la Virgen María y san Juan Bautista y una tercera imagen, que apenas se percibe, que parece tratarse de una de las santas mujeres o de María Magdalena. La desproporción de sus rostros, excesivamente grandes con lo pequeño de sus manos en primer plano y lo descompensado de su integración en la composición, hace pensar que no sea parte del original sino un añadido posterior de otro artista.

Probablemente el cuadro estaba destinado la capilla funeraria del mismo Mantegna. Fue encontrado por sus hijos en su estudio y vendido para pagar sus deudas.

 



El gran protagonista de este cuadro son los pies que se contemplan en primer plano. El artista los utiliza en el sentido de dar realismo y gran crudeza a la escena con ese color macilento y destrozados por los clavos.  Mantegna busca efectismo con ese escorzo dramático, y logra una escena perturbadora, escandalosa. El espectador pasa a formar parte de esa pequeña habitación donde yace el cadáver. 

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