EL PIE Y LA PASION DE CRISTO EN LA PINTURA
CRUCIFIXIÓN
Calvario. Lucas Cranach. Museo de Bellas Artes de Sevilla.
Calvario. Cranach, Lucas. 1538. Pintura sobre tabla. 85 x
56 cm. Museo de Bellas Artes. Sala II. Adquisición del Estado en 1971. Procede
de Venerable y Santa Escuela de la Natividad de Cristo de Sevilla
Esta obra de
Lucas Cranach el Viejo ocupa un lugar singular dentro de las colecciones del
museo, tanto por su extraordinaria calidad como por la escasa presencia de
pintura renacentista alemana en España.
Detalle sin marco
En el centro
de la composición se sitúa Cristo crucificado, acompañado a ambos lados por los
dos ladrones, Dimas y Gestas, dispuestos de manera simétrica y en posición
oblicua, casi de perfil. El momento representado es el de la expiración del
Señor, cuando, alzando los ojos al cielo, pronuncia las palabras: “Padre, en
tus manos encomiendo mi espíritu”, inscripción que el pintor reproduce en
alemán en la parte superior del cuadro (“Vater in dein hendt befil ich mein
gaist”).
Cristo crucificado
Las cabezas
de Cristo y de los ladrones, de gran fuerza expresiva, revelan la maestría del
artista en la captación del drama humano.
Detalle de la cabeza
de Cristo
En la parte
inferior aparece un caballero vestido a la moda germana del siglo XVI,
anacronismo intencionado que lo identifica como el centurión romano que, al
reconocer la divinidad de Cristo, pronuncia la frase: “Verdaderamente este era
el Hijo de Dios”, también escrita en alemán (“Warlich diser mensch ist gotes
sun gewest”).
Detalle del centurión
El paisaje del
fondo se organiza en torno a un horizonte bajo que separa el cielo, cubierto de
densos nubarrones, de un terreno árido donde se distingue a lo lejos la ciudad
de Jerusalén. La oscuridad del firmamento y el violento movimiento del paño de
pureza de Cristo evocan el instante de la muerte, cuando el sol se oculta y la
naturaleza parece conmoverse.
La obra pertenece a la etapa de madurez
de Cranach, caracterizada por superficies pulidas y brillantes, de aspecto
esmaltado, y por figuras recortadas con precisión sobre fondos oscuros. En la
roca del primer plano, a la derecha, se conserva la firma del artista
acompañada de su emblema, el dragón alado, y la fecha de ejecución de 1538.
Por Andrés Carranza Bencano




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