EL PIE Y LA PASION DE CRISTO EN LA PINTURA
DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS
Jesús despojado de sus vestiduras. Frans Francken II.
El tema
central de esta obra es la décima estación del Vía Crucis, cuando
Jesús es despojado de sus vestiduras.
La composición incluye
una gran aglomeración de personajes siguiéndola la narración de los Evangelios:
“entonces los soldados lo llevaron dentro del atrio, al pretorio, y convocaron
a toda la cohorte” (Marcos 15: 16), por ello, la pintura está llena de soldados
romanos armados con sus lanzas.
Jesús aparece en el
centro de la pintura, en el instante en el que Jesús está siendo despojado por
los soldados romanos de su ropa, dejándolo totalmente desnudo.
Ser desnudado en
público es un signo de burla y humillación extrema. Significa que Jesús no es más que un marginado, sin ningún
signo de dignidad. El momento de despojarlo también
hace alusión a la expulsión vergonzante del paraíso, pasando al mundo desnudo y
al descubierto.
Los grupos de ejecución estaban
compuestos por cuatro soldados (el quaternio) y un centurión (exactor mortis),
y tenían capacidad de reclamar, dividir y repartirse los bienes de la víctima
como parte de su salario (expollatio).
Pero la túnica no fue dividida,
sino que fue repartida intacta como símbolo de la unidad de la Iglesia.
Jesús aparece con la
corona de espina, símbolo de realeza burlesca por parte de los soldados
romanos, pero el artista flamenco la pinta con una aureola que la ilumina y la
dignifica.
Está acompañado por los
dos ladrones que se narran en los Evangelios: “Y al mismo tiempo que a él,
crucifican a dos salteadores, uno a la derecha y otro a la izquierda” (Mt 27:
38; Mc 15: 27).
La virgen está representada en un segundo plano, presenciando la escena con las manos en su rostro y siendo consolada por sus acompañantes.
En los Evangelios no se
refiere si Jesús caminó hasta el calvario con o sin calzado, como muestra todas
las representaciones artísticas.
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