domingo, 7 de agosto de 2022

 SIMBOLISMO DEL PIE EN LA PINTURA

Olympia. Édouart Manet


Esta obra se expuso en 1865 en el salón de París causando un gran escándalo, pues la sociedad parisina de la época podía aceptar los desnudos de temas mitológicos o alegóricos pero el de Manet era totalmente realista, representado a una prostituta parisina de lujo del siglo XIX, como una crónica de lo que se podía encontrar en cualquier burdel de Paris, lo que llevó a críticos y expertos a considerarla como una obra pornográfica y al pintor como carente de moral.

Otro de los motivos para el escandalo fue que la modelo era la conocida pintora Victorine Meurent, amante del fotógrafo Nadar y amiga de Monet, que también la utilizó como modelo para “Desayuno sobre la Hierba”.

La obra recuerda a la “Venus de Urbino” de Tiziano, “La venus del espejo” de Velázquez, o la “La maja desnuda” de Goya. Es de manifestar que el título del cuadro se debe a su amigo el poeta Charles Baudelaire.

Manet consideró este lienzo como su obra maestra y lo conservó hasta su muerte. En 1884 la obra fue subastada durante la venta publica de su estudio, pero su viuda decidió volver a comprarlo. En 1889 Claudet Monet decidió comprárselo a la viuda para ofrecerlo al museo del Louvre. Por diferentes circunstancias en 1890 pasó a formar parte de la colección de Luxemburgo hasta 1907 que fue transferido al Louvre. En 1947 fue trasladado a la Galeria Jeu de Paume y en 1986 finalmente fue destinado al Musée d`Orsay, donde se expone actualmente.

El lienzo muestra a una mujer blanca desnuda (“Olympia”) recostada en una cama o sofá sobre un chal de cachemira blanco, colocada sobre dos almohadones de raso, con las sabanas deshechas, haciendo alusión a su uso. Está apoyada en su brazo derecho y lleva su mano izquierda a la base de sus piernas, en un interior decorado con cortinas y tapices verdes.

La luz es el elemento que configura toda la escena, pues incide directamente sobre la joven mientras que el fondo se queda en oscuridad. Así, Olympia es el tema central de la composición, contrastando la luminosidad de las sabanas y almohadas con la oscuridad del fondo, dando una sensación de sensualidad. Esta atmosfera intimista y sensual esta posiblemente inspirada en la poesía que Baudelaire dedica a una cortesana

Lo más impactante es la expresión del rostro de Olympia, que mira fija y provocadoramente al espectador con gran sensualidad, como si fuera uno de los clientes a los que debe seducir. Con ello, Manet quiere mostrar la realidad de la existencia de estas “Cortesanas” que viven de los favores de los caballeros de la alta sociedad.

Olympia, en su desnudez, solo lleva una cinta negra alrededor del cuello, una pulsera o brazalete de oro en la muñeca, y una orquídea de seda en el pelo. 

El brazalete, según Julie Manet, la sobrina del pintor, pertenecía a la madre de Manet, y de él cuelga un medallón que contiene un mechón de cabello de su hijo, que podría recibir una interpretación freudiana en relación a la de traición de la madre.  

La orquídea entre los cabellos tiene una connotación sexual ya que se creía que poseía poderes afrodisiacos, y de hecho el nombre de orquídea tiene una etimología sexual, puesto que deriva del griego “orkhis” (testículo) por la forma que tiene sus seudobulbos.

Olympia se tapa el sexo al igual que las Venus púdicas, pero la manera en que la modelo cubre sus genitales no está asociado al pudor o castidad sino al hecho de que el cliente no ha pagado para verla. 

La criada negra, que representa a un admirador que viene a visitarla, entra en la estancia por el lado derecho del lienzo, desde un fondo verde oscuro, y lleva en la mano un ramo de flores de rico cromatismo, va vestida con un traje de influencia oriental y su rostro, con el fondo oscuro, contrasta con la blancura de la cama y de la piel pálida de Olympia. El ramo es una naturaleza muerta que parece incongruente en un cuadro de un desnudo, pero que tiene connotaciones simbólicas, pues era el típico regalo que los clientes ofrecían a las meretrices de clase alta. El ramo de flores repite los colores de las flores bordadas en la especie de mantón con flecos que hay sobre la cama.

A los pies de la cama, en el extremo derecho del óleo, hay un gato negro con la piel erizada y la cola levantada en forma de signo de interrogación, que sustituye al cándido perrito arrollado de la “Venus de Urbino” de Tiziano, símbolo de la fidelidad, mientras el gato en la Edad Media se asociaba con la brujería que practicaban fundamentalmente las mujeres y en Roma era símbolo de libertad sexual,  de tal manera que podemos considerar que hace alusión a la sexualidad, lascivia, erotismo o promiscuidad.


Por otra parte, Olympia calza un solo zapato o zapatilla de tacón, que enfatiza aún más su desnudez, esto en la pintura alegórica ha sido usado como símbolo de la inocencia perdida, adentrándose en el terreno del fetichismo y de la sensualidad. 



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