SIMBOLISMO DEL PIE EN LA PINTURA
Soledad en el ocaso. Johann Heinrich Füssli .
Füssli integra
en su pintura ecos manieristas y clasicistas con una fuerte impronta romántica,
dando lugar a atmósferas cargadas de lo sublime, lo irracional y lo onírico.
Soledad en
el ocaso
presenta a una figura ensimismada, en contemplación, concebida
a partir de un modelo michelangelesco (la figura de Naasón en la Sixtina), que
se transforma aquí en emblema de recogimiento y melancolía. A ello se suma la
resonancia literaria del poema Lycidas de Milton, que aporta al conjunto
una dimensión elegíaca y meditativa.
La obra refleja
el interés del pintor por lo nocturno y lo psicológico, y por trasladar al
lienzo aquello que desborda lo real para situarse en un ámbito metafísico y
profundamente emocional.
El perro que
aparece a la derecha, con el hocico levantado en un gesto de aullido, actúa
como contrapunto simbólico: remite a la fidelidad y a la compañía, pero también
prolonga el lamento de la figura humana, reforzando la sensación de aislamiento
en el espacio crepuscular.
Detalle
del perro
Un detalle
especialmente revelador es el pie desnudo. En el lenguaje visual de Füssli, ese
tipo de acento anatómico se convierte en un signo cargado de significación:
fragilidad existencial y vínculo con la tierra, evocación de la tradición
clásica y religiosa, y al mismo tiempo ruptura de la solemnidad del cuerpo cubierto.
El pie expuesto
introduce un foco visual que tensiona la escena entre lo revelado y lo velado,
entre lo racional que se expresa en el gesto y lo instintivo que se insinúa en
la corporalidad. De este modo, el artista refuerza uno de los ejes centrales de
su obra: la oscilación entre lo sublime y lo vulnerable.
Detalle
del pie desnudo
Por Andrés Carranza Bencano
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