domingo, 14 de julio de 2024

 EL PIE Y LA PASION DE CRISTO EN LA PINTURA

CRUCIFIXIÓN 

Cristo crucificado expirante. Francisco de Zurbarán. Museo de Bellas Artes de Sevilla.

Jesús Crucificado expirante. Zurbarán, Francisco de. Hacia 1640. Óleo sobre lienzo. 255 x 193 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala V. Desamortización del convento de Capuchinos.

La escena la protagoniza Jesús crucificado expirante, sobre un fondo oscuro que realza la figura luminosa de Cristo crucificado. 

Este fondo oscuro no implica necesariamente que sea el cuadro de la etapa más tenebrista, ya que al morir Cristo, el cielo oscureció durante tres horas: “Hacia el mediodía las tinieblas cubrieron toda la región hasta las tres de la tarde” (Lc.  23: 44).

Es una composición poco sangrienta porque los sufrimientos morales de Jesús superan en este momento sus padecimientos físicos. El sufrimiento que expresa aquí es de índole psíquica, denotando su total abandono.

Esta vivo todavía y en trance de expirar. Su cabeza vuelta hacia el cielo, lanza una mirada suplicante, con los ojos vidriosos. No sabemos cuál de sus últimas palabras está pronunciando: “Elí, Elí, ¿lema sabaktani?” (Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?) (Mt, 27: 46; Mc. 16: 34), es decir el primer versículo del salmo (Sal. 22, 2), o más bien cuando lanzó un grito y dijo: “Padre a tus manos encomiendo mi espíritu” (Lc. 23: 46). 

Detalle de la cabeza

Llama la atención el abultado paño de pureza, así como su intensa luminosidad. Presenta un magnífico tratamiento plástico, en que destaca su efecto fuertemente claroscurista sobre el fondo de la escena.

Detalle del paño de pureza

Cristo aparece crucificado con las normas impuestas por Pacheco, es decir Jesús aparece sujeto al madero de la cruz con cuatro clavos, a nivel de las manos y los pies, que se apoyan  sobre un supedáneo, y con el titulus redactado en hebreo, latín y griego. 

Detalle de la mano derecha

Detalle de la mano izquierda

Es increíble el tremendo verismo de los pies clavados en el madero, con el detalle finísimo de la sombra de los clavos y de las puntas de los dedos y las uñas alteradas por el camino del Calvario. 

Esto puede explicar el por qué Zurbarán fue considerado en el siglo XIX como el “Caravaggio español”. 

Detalle de los pies


2 comentarios:

  1. Estupenda descripción. Me ha llamado la atención una asimétria entre ambos pies. Mientras el derecho presenta un hallux valgus ó juanete y en el borde lateral un juanete de sastre , el izquierdo aparenta normal. No se si corresponde a una distinta perspectiva entre ambos pies ó a una auténtica deformidad del modelo

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    1. Pienso lo mismo que el comentario anterior, haciendo incapié en la magnífica descripción del cuadro.

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