EL PIE Y LA PASION DE CRISTO EN LA PINTURA
CORONACIÓN DE ESPINAS
La coronación de espinas. Caravaggio.
Según el biógrafo de Caravaggio Giovanni Pietro Bellori, se
realizó una coronación de espinas para el protector de Caravaggio, Vincenzo
Giustiniani, y esta pintura es recordada en 1638 en las colecciones de
Giustiniani.
Este cuadro es uno de los más bellos de Caravaggio y es uno de los varios que ejecutó sobre el tema de la coronación de espinas (ver).
El pintor utilizó como modelo a un hombre maduro, alejándose de los mancebos que empleaba en sus primeras épocas.
La escena de tortura destaca por la fortísima
impresión que provocan los soldados agresivos, distribución que caracteriza
otros cuadros del pintor.
El tema del sufrimiento y el sadismo es ciertamente central para el trabajo.
En el centro del lienzo se representa a Cristo a manos de dos
hombres (a la derecha) con palos, que les sirven para colocar en la cabeza del condenado
la corona de espinas, "un procedimiento rítmico y sádico."
El Cristo, con la frente sobre el pecho, está vestido con un
paño púrpura del cual sentimos su desnudez.
La parte izquierda del lienzo está ocupada por un hombre armado,
cuya armadura no se corresponde con la época, que observa la escena sin
participar directamente, y que curiosamente es muy similar, en postura y
estéticamente, a la figura del procónsul Egeas de la crucifixión de San Andrés.
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