viernes, 29 de marzo de 2024

 NEUROLOGÍA-PSIQUIATRÍA

San Ignacio de Loyola exorcizando a un endemoniado. Juan de Valdés Leal.

San Ignacio de Loyola exorcizando a un endemoniado. Juan de Valdés Leal. 1600-1664. Óleo sobre lienzo. 210 x 146 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala VIII

Valdés Leal realizó una serie de lienzos para la Casa Profesa de los Jesuitas, sobre episodios de la vida de san Ignacio de Loyola.

Esta obra narra un suceso desconocido de la vida de san Ignacio que, aunque no recogen sus biógrafos, se decidió incluir en la serie, pues se sabe que san Ignacio realizó exorcismo en numerosas ocasiones, especialmente en mujeres, y además los jesuitas sevillanos pretendían dejar constancia de los milagros, y del poder de su fundador frente al diablo.

En un escenario en penumbra, san Ignacio aparece en el centro de la composición.

San Ignacio de Loyola

El poseído se sitúa en primer plano, en un escorzo muy forzado, intentando evadirse de dos personas que lo sujetan. 

El poseído

De la boca del poseso salen los demonios que se elevan y abandonan el cuerpo, aún convulsionado, representados como figuras de dragones algo caricaturescas. 

Detalle de los demonios

Destaca en la obra el expresivo juego de miradas y gestos.

Llama la atención el gesto diabólico del poseso frente a la extrema tranquilidad y serenidad del santo, la crispación del endemoniado frente al asombro de los espectadores.

Crispación del endemoniado

Serenidad de San Ignacio

Un hombre y una mujer contemplan con sorpresa la situación en un segundo plano, y en un tercer plano dos hombres comentan la escena. 

La mujer y el hombre del segundo plano

Dos hombres en la oscuridad de un tercer plano

En el lado derecho del lienzo, en segundo plano, una segunda escena, que se corresponde con la estancia del santo en Manresa, donde convive con los mendigos en el Hospital, en un espacio arquitectónico que recuerda elementos de las viviendas sevillanas del barroco, como el mirador con arcada.

Segunda escena en el ángulo inferior derecho del cuadro

La posesión demoníaca, ha sido descrita por innumerables culturas a lo largo de la historia, y sigue siendo actualmente un tema a discutir dentro del debate entre ciencia y religión.

Los signos de los posesos pueden deberse a factores neurobiológicos o psicológicos, como, por ejemplo, la aversión a los objetos religiosos. El surgimiento de una segunda personalidad, puede deberse a un cuadro de trastorno conversivo (neurosis) o presentarse en la esquizofrenia (psicosis). La amnesia después del episodio puede deberse a la sobrecarga funcional del cerebro. Pero existen otros signos más complejos de explicar desde el punto de vista científico, como la capacidad de hablar en lenguas desconocidas o la levitación.

El exorcismo es la técnica dirigida a expulsar los demonios o espíritus malignos fuera de las personas. Según le definición de la Real Academia de la Lengua Española, se tratarían de “conjuros contra el demonio”, que aún hoy se siguen practicando en nombre de la religión católica y la cultura evangélica y pentecostal, pero sin existir criterios objetivos que regulen su ritual, por lo que su aplicación indiscriminada sobre pacientes con enfermedad mental podría repercutir negativamente.  

Por Andrés Carranza Bencano. Catedrático de Traumatología y Cirugía Ortopédica

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