SIMBOLISMO DEL PIE EN LA PINTURA
Los picapedreros. Gustave Coubert
Esta obra fue destruida
durante los bombardeos aliados en la Segunda Guerra Mundial en febrero de 1945,
durante su traslado, junto a otras 154 pinturas, al castillo de Königstein,
cerca de Dresde, por lo que hoy solo la conocemos por reproducciones fotográficas.
El motivo de la pintura se la explica el
autor, por carta, su amigo Wey: ““Me dirigía al castillo de Saint-Denis para pintar un paisaje, me paré
cerca de Maisières para observar a dos hombres que partían piedras en la
carretera. Es difícil imaginar una indigencia más completa y más manifiesta…,
así es como me vino la idea al espíritu de hacer de ello un cuadro…”.
Por
ello, esta obra representa el inicio de la temática socialista en la pintura de
Coubert, en el contexto del desarrollo industrial del siglo XIX, que supuso un
cambio profundo en la sociedad, con el desplazamiento de masas obreras a los
grandes centros y el desarrollo del movimiento contra la explotación en la
búsqueda de unos derechos inexistentes. En este sentido, Coubert eligió representa
a dos picapedreros, para constatar los abusos cometidos contra la clase más
bajas de la sociedad francesa de mediados del siglo XIX, permitiendo su trabajo
en condiciones extremas.
El óleo
representa a dos picapedreros, cuyas imágenes se recortan sobre la oscura loma
que hay tras ellos, y solo en el ángulo superior derecho se ve un pequeño trozo
de cielo azul. Se trata de un paisaje árido y duro que incluye los objetos
cotidianos y sus útiles de trabajo, junto a sus alimentos, expresados en una
olla, que se ve cerca de ellos, que no presenta el aspecto de contener ningún
majar exquisito.
La
profundidad no se consigue solo con el juego de luces y sombras sino también
por el escorzo que adoptan las figuras. La luz procedente de la parte frontal
ilumina dos figuras de espalda, en un primer plano, como protagonistas de la
obra.
Una es
un hombre mayor mientras que el otro es un joven muchacho, con lo que nos
muestra la enseñanza de la ausencia de progresión profesional dentro de la
pobreza, pues posiblemente llegará a la edad de su compañero desempeñando el
mismo trabajo.
El viejo esta de rodillas, encorvado por el
trabajo, con el pico levantado sujeto con las dos manos, la cabeza protegida
por un sombrero de paja, el muchacho está de pie cargando con una piedra en una
postura forzada que da la sensación de la pesadez de la misma.
Las
figuras ocultan sus rostros, concentrándose en su labor, se muestran como seres
totalmente anodinos que no expresan nada, ni una idea o emoción alguna, solo la
fuerza necesaria para realizar este tipo de trabajo.
El viejo
muestra una ropa desgastada, sus pantalones son de tela burda con remiendos y
la camisa y chaquetilla muestran su deterioro con roturas que muestran la piel
curtida por el trabajo. Su calzado son unos zuecos pobres con los calcetines
rotos por los talones. El joven viste
con una camisa sucia y desgarrada que deja al descubierto los costados y los
brazos, un tirante de cuero sujeta lo que le queda de unos viejos pantalones y
los zapatos están llenos de barro y se entreabren por sus roturas.
Los zapatos viejos y desgastados
y los calcetines rotos por los talones pueden pasar desapercibido al
espectador, pero son la expresión máxima de la pobreza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario