PATOLOGIA DEL PIE EN LA PINTURA
Pie paralítico
Triste Herencia. Joaquín Sorolla
“Sufrí terriblemente cuando
lo pinté. Tuve que forzarme todo el tiempo. Nunca volveré a pintar un tema como
ése”. Así hablaba Sorolla en 1909 sobre “Triste herencia” en una de
las muchas entrevistas que le hicieron en Nueva York. Efectivamente, Sorolla
nunca volvió a pintar un tema social de forma tan marcada como en este cuadro
ni en obras anteriores como “Otra margarita” o “Trata de
blancas”.
Sorolla pinto el cuadro en
el verano de 1899 en Valencia y así explica su creación: “Un día estaba
yo trabajando de lleno en uno de mis estudios de la pesca valenciana, cuando
descubrí de lejos unos cuantos muchachos desnudos dentro, y a la orilla del mar
y vigilándolos la vigorosa figura de un fraile. Parece ser que eran los
acogidos del hospital de San Juan de Dios, el más triste desecho de la
sociedad: ciegos, locos, tullidos y leprosos. No puedo explicarle a usted
cuanto me impresionaron, tanto que no perdí tiempo para obtener un permiso para
trabajar sobre el terreno, y allí mismo, al lado de la orilla del agua, hice mi
pintura”.
El pintor distribuyó a los
niños en torno al habito protector del monje, al que le proporciona una gran
fuerza y vitalidad, frente a la triste realidad y mala salud de este grupo de
niños afectos de graves deformidades.
El pintor eligió el sol de la tarde, para iluminar intensamente las
figuras, y tras varios apuntes, realizó la composición directamente sobe el
lienzo, dándole un gran protagonismo al mar, que ocupa gran parte del cuadro, y
para resaltar las imagenes de los niños ayudados por el fraile y por sus
propios compañeros, en su gran dificultad para caminar, introduciendo las
muletas en la composición, lo que la impregna de un gran dramatismo y
emotividad.
Destaca la figura central de uno de los niños que se mueve con dificultad apoyado en unas muletas, en el que pueden apreciarse las secuelas de la poliomielitis, enfermedad por entonces muy frecuente y que producía graves afectaciones permanentes del aparato locomotor. Un religioso de la Orden de san Juan de Dios ayuda y vigila atentamente a los pequeños.
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