EL PIE Y LA PASION DE CRISTO EN LA PINTURA
ENTIERRO
Entierro de Cristo. Cristóbal Morales.
Entierro de Cristo. Cristóbal de Morales. Hacia 1525. Óleo sobre tabla.
177 x 124 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala II. Procede del Convento
Madre de Dios.
La
pintura representa el momento en el que el cuerpo de Jesús es depositado en el
Santo Sepulcro.
Destaca
la figura de san Juan Evangelista en el extremo superior que sujeta el cuerpo
inerte de Cristo.
En
el otro extremo aparece María Magdalena que con gesto llorosos le besa los
pies.
La
virgen con semblante sereno, aparece en el centro de la composición,
sosteniendo con el brazo derecho la cabeza de su hijo.
Destaca la figura de José de Arimatea vestido a la moda de la época en que
se realiza la obra. Su elegante indumentaria indica que se trata de un
personaje relevante. Aparece
sujetando la rodilla y la mano de Cristo.
Dado que esta obra se pintó en fechas cercanas
a la boda de Carlos V con Isabel de Portugal, en 1525 en el Real Alcázar de
Sevilla, hay autores que sugieren que este rey está representado por José de Arimatea.
Jesús se muestra sin corona, pero con los signos sanguíneos de la misma. El cuerpo se presenta en total laxitud con la mano derecha apoyada con regueros de sangre que descienden desde el codo y manchan la sabana. Igualmente, sangra la herida del costado y la sangre cae sobre el paño de pureza.
En la parte superior de la composición se abre un dilatado paisaje en el
que se describe el monte Calvario en el momento en que se ha producido el
descendimiento de Cristo de la cruz y dos santos varones transportan su cuerpo
en una sábana; varios soldados a caballo y algunos sayones contemplan la escena
que se recorta sobre un fondo de lejanía, en el que el artista ha representado
una ciudad alusiva a Jerusalén. El contraste
de tamaño de las figuras del fondo con la escena principal permite marcar la
perspectiva y dar profundidad a la composición, recurso ampliamente utilizado
en la Escuela Flamenca.
Por último, en la parte inferior de la
escena, encontramos los atributos propios de la Pasión de Cristo, como un martillo, clavos, tenazas sí como un tarro de perfume, tradicional atributo
iconográfico asociado a la figura de María Magdalena.
Destaca
el gran simbolismo de Magdalena besando los pies cianóticos de Jesucristo como signo
de humildad y reverencia (ver).
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