EL PIE Y LA PASION DE CRISTO EN LA PINTURA
PIEDAD
La Piedad. El Greco.
Aunque no se menciona explícitamente en los evangelios
canónicos , la Piedad fue un tema muy popular en el arte cristiano,
especialmente en el arte gótico tardío, el Renacimiento y el Barroco.
Consiste en la
representación de la Virgen María sosteniendo el cuerpo muerto de
Jesucristo en su regazo.
La cercanía de María a la Cruz después de la Crucifixión se
infiere del Evangelio de Juan y la profecía del anciano Simeón en el templo de
Jerusalén.
La Virgen María está pintada con un gran patetismo, y
su rostro, casi de perfil, forma con el cuello un triángulo invertido. Viste un
manto azul oscuro con semejanza a el Expolio (ver) y al Entierro del Conde de
Orgaz.
José de Arimatea lleva una túnica verde y un mantón marrón
dorado. Se presenta en un forzado escorzo que le presta un gran efecto dinámico,
frente a las otras figuras que muestran quietud, silencio, patetismo e
interiorización del drama.
María Magdalena lleva un corpiño blanco con una falda
de color lavanda y manto también de color lavanda, sobre el que derrama su
cabello rubio. Con su mano sostiene la mano taladrada de Jesús.
La figura de Jesús es una derivación del de la Piedad
de Miguel Ángel. Está representado paralelo al plano del lienzo. La mano
derecha cae fláccidamente hacia el plano inferior. El brazo izquierdo se
extiende a lo largo del cuerpo.
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