PATOLOGIA DEL PIE EN LA PINTURA
Hallux Valgus
Mercurio y Argos. Pedro Pablo Rubens y taller.
La decoración de la Torre de la Parada, un pabellón de caza
ubicado en los montes de el Pardo cercanos a Madrid, en cuyo proyecto también
participaron otros autores como Velázquez, fue el mayor encargo que Rubens recibió
de Felipe IV.
Los trabajos serán ejecutados entre 1636 y 1638, trabajando en una
buena parte el propio Rubens. Mientras que otro grupo de la serie seria
realizado por sus ayudantes y pintores contratados expresamente para este
proyecto, teniendo como punto de partida sus diseños.
Pues, para llevar a cabo un proyecto tan amplio, Rubens realizó
pequeños bocetos sobre tabla, donde capta la esencia moral de las historias y
las actitudes de los personajes. Estos bocetos sirvieron de base para la
elaboración de los lienzos definitivos.
En 1700 se inventaría en la pieza tercera de la Torre de la
Parada: “Otra pintura de cuatro varas, original de Rubens, tasada en 500
doblones”; según el inventario de 1747 se mantiene en el mismo lugar; en 1791
se traslada al cuarto del infante Javier en el Palacio Nuevo; en 1794 se
encuentra en la antecámara del Rey. En el siglo XIX ingresó en el Museo del
Prado procedente de las Colecciones Reales.
La mayor parte de las escenas narraban las pasiones de los dioses,
según fueron descritas en las Metamorfosis del poeta romano Ovidio y
otras fuentes clásicas.
En este cuadro se refiere la historia de “Lo”, una bella ninfa que
fue seducida por el dios “Jupiter” que posteriormente la convirtió en vaca para
esconderla de su esposa “Juno”.
Juno, sospechando la infidelidad de su marido, le solicitó la
bella ternera como regalo.
Para que “Lo” fuese vigilada constantemente, “Juno” la puso al
cuidado del gigante “Argos” poseedor de cien pares de ojos que nunca se
cerraban al mismo tiempo.
“Jupiter” envió a “Mercurio” para que provocara un profundo sueño
a “Argos” con su música y entonces poder cortarle la cabeza y liberar a “Lo”.
“Juno” en agradecimiento a “Argos” recogió los cien pares de ojos
y los colocó en la cola del pavo real, su animal favorito.
Esta pintura representa el momento en
el que el dios levanta con su brazo derecho una espada, que dirige hacia el
cuello de Argos, el pastor de cien ojos encargado de vigilar la vaca en que
había sido convertida la ninfa “Lo”.
Como en otras obras de Rubens destaca la morfología del pie de “Argos” que presenta un gran Hallux Valgus (Juanete).
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