SIMBOLISMO DEL PIE EN LA PINTURA
La Inmaculada Concepción. Antonio del Castillo Saavedra.
La Virgen aparece en primer término,
invadiendo gran parte de la superficie pictórica, lo que le otorga una fuerte presencia.
La zona superior está invadida por la luz en la que destaca
un haz triangular que tiene su vértice superior fuera de la superficie del
cuadro y que evoca directamente la idea de la Sabiduría Divina que abarca a la Virgen, tras cuya cabeza se expande una corona de rayos
de acusada simetría.
Más allá de ese marco, Castillo ha
construido otro exterior, formado por cuatro cuerpos de ángeles, y las cabezas
de otros doce, y dispuestos según un esquema simétrico.
Los ángeles de cuerpo entero aparecen
a ambos costados de María y ostentan atributos vegetales: un lirio, una
azucena, una palma y un ramo de olivo, símbolos marianos habituales y alusivos
a conceptos como la pureza, la paz y la gloria.
Inmediatamente bajo la Virgen hay
una cabeza que se eleva sobre otras dos dispuestas simétricamente, y a los
lados vemos otro par.
María, además, apoya sus pies sobre
una luna que describe un círculo muy nítido y en cuya parte inferior vemos al
dragón infernal, que rompe el estricto equilibrio del cuadro.
Bajo la Virgen, y su pedestal angélico se
muestra la tierra.
A la derecha, una fuente y una torre evocan las Letanías marianas.
A la izquierda un paisaje fluvial con un puente, que se
identifica con el famoso puente romano de Córdoba, defendido por la torre de la
Calahorra, que constituye una de las principales señas de identidad de la
ciudad.
La Virgen, símbolo de la Iglesia. Es la nueva Eva, nacida sin Pecado Original y aplasta la cabeza del dragón infernal, símbolo del pecado original, símbolo del mal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario