martes, 18 de junio de 2024

 PATOLOGIA DEL PIE EN LA PINTURA

Pie griego

Juicio Final. Martin de Vos. 

Juicio Final. Martin de Vos. 1570. Óleo sobre tabla. 2'63 x 2'62 m. Procedente del Convento de San Agustín de Sevilla, tras la Desamortización (1840). Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala II. 

San Francisco a la izquierda

San Agustín a la derecha

Juicio Final en el centro

En el cuadro del “Juicio Final” se observan dos áreas muy diferentes, en la parte superior se representa una Gloria Celestial con Cristo juzgando en el centro y la Virgen y San Juan a cada uno de sus lados.

Los rodean santos y ángeles con las trompetas del juicio final.

Más al fondo se advierte la corte de los santos y bienaventurados.

Área superior del Juicio Final

La zona inferior, en la que se representa el espacio terrenal con los condenados a la derecha, con gestos convulsos y contorsionados, que están siendo engullidos por unas fauces, conducidos por los demonios a las profundidades infernales, y los bienaventurados, con actitudes serenas, que resucitan a la izquierda.

Área inferior del Juicio Final

Área inferior-Izquierda del Juicio Final con los bienaventurados

Área inferior-derecha del Juicio Final con los condenados

Área central del Juicio Final

En genera destacan los estudios corporales que tienden a la belleza y armonía expresiva, se muestran abundantes y sensuales desnudos, a la derecha los demonios cogen a los condenados para conducirlos al infierno, a la izquierda los bienaventurados esperan para subir a la Gloria.

Detalle de los condenados

Detalle de los condenados

Detalle de los bienaventurados

Francisco Pacheco en su libro “El Arte de la Pintura” recoge, que, por la sensualidad de esta pintura, más de un religioso se alteraba al celebrar misa ante él.

"...cierto religioso pío y grave de la Orden de San Agustín me contó, siendo ya obispo, que celebrando un día ante un famoso cuadro de esta historia, el Juicio Final que está en su convento, en Sevilla, de mano de Martin de Vos, valiente pintor flamenco, acabado el año 1570, estando a la mitad de la misa, levantó los ojos y vio una figura frontera de mujer con harta belleza, pero más descompostura, y fue tanta la fuerza que hizo a su imaginación, que se vio a punto de perderse, hallándose en el mayor aprieto y aflicción de espíritu que jamás tuvo. Y por haber navegado a las Indias, afirmaba con encarecimiento, que tomara antes estar en el Golfo de la Bermuda en una tempestad deshecha, que, en tal paso, y cobró miedo al cuadro, que no se atrevió jamás a ponerse en semejante ocasión, y que tenía tan presente el caso, que habiendo pasado algunos años, aún le duraba el temor." 

Detalle de un bienaventurado en la zona más inferior de la composición

Destaca uno de los bienaventurados con la morfología de su ante pie que corresponde claramente a un tipo de pie griego con el primer dedo más corto que el segundo.

Detalle del pie griego  

Esquema de la morfología del antepie

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