EL PIE Y LOS CRUCIFICADOS
Cristo de los Milagros. Catedral de san Alejandro. Bérgamo. Italia.
En la catedral de San Alejandro, en la
parte alta de Bérgamo destaca la capilla del Crucifijo, construida en el siglo
XIX por Raffaele Dalpino. Originalmente concebida como de planta octogonal, fue
luego diseñada en forma de cruz griega. Los trabajos de construcción se
prolongaron durante diez años y la capilla fue consagrada en 1866. El diseño
interior es magestuoso, con frescos y decoraciones doradas. En su centro una
cúpula circular pintada en 1862.
La atención se centra en el altar, donde
se guarda el Crucificado Milagroso. Esta imagen proviene de la iglesia de Santa
María di Rosate, que fue cerrada en 1810.
Según la leyenda, en 1677 el brazo de
Cristo se desprendió para abrazar a una monja injustamente reprendida por la
superiora. Desde entonces. El brazo no tiene clavo atravesando la mano y está
atado a la cruz con una cinta rosa, símbolo de veneración.
Se trata de una talla anónima, de madera
policromada de hacia 1450,
en estilo tardogótico lombardo, con anatomía estilizada y
brazos alargados, muy
estilizada e hierática.
Representa a un Cristo muerto, pues muestra la
llaga de la lanzada, con los ojos y la boca cerrada. La cara esta inclinada
hacia abajo y a la derecha y la cabeza muestra pelo natural. El brazo derecho
está fijado por un clavo en la palma de la mano, con los dedos 4º y 5º
flexionados. La mano derecha presenta la huella de la entrada del clavo, pero
el brazo está sujeto al madero con un lazo rosa. El paño de pureza o perizonium
es amplio para cubrir ambas caderas, sin nudo, y con pocos pliegues. Los pies
están fijados con un solo clavo, con el pie derecho sobre el izquierdo.
Il Crocifisso di Rosate
Detalle del Crucificado
Detalle de la cara
Detalle de la mano derecha
Detalle de la mano izquierda
Detalle del paño de pureza o perizonium
Detalle de los pies
Por Andrés Carranza Bencano
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